Concretada ya una situación insólita para una villa de la envergadura de Mieres, especialmente su caída en picado sobre la actividad colectiva en los distintos frentes culturales, sociales y si se quiere deportivos -aunque en este terreno hay parcelas que pitan fuerte- se presenta también una situación que puede influir negativamente en el contexto general de la crisis. Y a ello vamos con todas las consecuencias. Mieres, su ayuntamiento, tiene Casa de Cultura al servicio de la ciudadanía. Y con ella aparecen en el marco del conjunto unos espacios físicos propios para el desarrollo de actividades. A saber: un salón de actos amplio y polivalente, una sala de menor envergadura donde también pueden desarrollarse ciertas actividades de esta índole y una tercera sala, llamémosla de exposiciones. Incluso, si me apuran, aún existe un amplio pasillo que puede servir de marco de alguna cuelga pictórica o similares. A ello se añade un salón de actos bastante aceptable, junto con una especie de galería expositiva, en el campus universitario. Por cierto, un tanto distante del meollo urbanístico de Mieres, lo que podría restar asistencia. Aunque, dicho sea todo a tiempo, en esta santa casa no existen grandes distancias y los rectores del gran complejo muestran todas sus facilidades ante posibles solicitudes. Y apurando más el asunto tenemos a los institutos Bernaldo de Quirós y Sánchez Lastra, donde también existen foros de este tipo. Claro que, lógicamente, son suyos y sujetos a los programas propios. Es decir, no están al servicio libre y dispuesto de quién lo solicite. En definitiva que las disponibilidades no son muchas y en demasiadas ocasiones los intentos de organizar algo nuevo relacionado con la cultura, las artes, la música o los actos lúdicos, choca con la carencia de escenarios.
La propuesta: Ignorando por completo cual es la realidad actual de la cuestión que se plantea, y también de los formulismos que serían obligatorios a la hora de establecer negociaciones sobre la cuestión siguiente, uno se pregunta si es posible la propuesta de una cesión negociada, por parte de la Fundación de Caja de Asturias -entendiendo que depende de esta plataforma -y como es sabido, hoy en manos de Liberbank, después de la fusión de cajas, de las instalaciones de la calle Jerónimo Ibrán (salón, sala de exposiciones y dependencias complementarias), donde tanto actos se celebraron a mayor gloria y brillantez del pasado. De esa forma, se podría multiplicar casi por dos las disponibilidades mierenses en el cogollo del casco urbano. En fin, una vez más, doctores tiene la Iglesia para la definición y aclaración del asunto. Por desgracia algunos actos que se pretenden celebrar hoy día en Mieres tienen que esperar, incluso cerca del año, para tener a su disposición el marco preferido.
La crítica: Por cierto, y sin que sirva de censura enérgica, en la sala de lectura de periódicos de la Casa de Cultura "Teodoro Cuesta" se levanta la voz, en ocasiones, a demasiados decibelios interrumpiendo la tranquilidad del recinto. Y, por cierto, los diarios asturianos, en papel, se notan un poco escasos de número, provocando en ocasiones, alguna que otra situación más o menos conflictiva. Así, pues, ¡ojo al dato!
