Asumiendo el riesgo de caer en la provocación que supone la reiterada cobertura periodística de lo que no es más que una "idea", trataré de mostrar 'otra cara' para la misma historia.
Para empezar y como vecina de Caliao que soy, no puedo menos que considerar una falacia el hablar del "pueblo" o "los vecinos" para referirse a los promotores del ¿proyecto? que provoca estas líneas. La gran mayoría de los vecinos y vecinas de Caliao (centenar y medio abundante) nos hemos enterado del asunto de los bisontes por la prensa (a menos que consideremos "el pueblo" a la, quizás exagerada, media docena de promotores). El asunto no ha sido tratado en ningún conceyu debidamente convocado ni han sido adecuadamente informados el conjunto de vecinos y vecinas ni consultada su opinión, máxime cuando se está hablando de vallar monte público propiedad de la Parroquia Rural de Caliao, es decir, patrimonio de todos sus vecinos y vecinas.
Abundando razones y apelando al sentido común, plantearse que necesitamos de bisontes y otros herbívoros ajenos al territorio (caballos pottoka y vaca sayaguesa) para aprovechar y desbrozar nuestros montes, en Caliao, corazón casín en el centro del Parque Natural de Redes, Reserva de la Biosfera y Zona Especial de Conservación (ZEC) de la Red Natura? suena a broma de mal gusto, además de retroceder al siglo pasado repitiendo el error de sustituir las razas autóctonas, precisamente en el concejo que da nombre a una raza emblemática y en el que menos ejemplares de ella quedan ¿Es que la vaca casina, el asturcón y la cabra bermeya no merecen, cuando menos, la misma atención? Estos tres animales, todos ellos de la tierra, bien adaptados, eficientes en su tarea de producción y desbroce, cumplen con creces los mismos objetivos que se proponen con los animales de importación y también reclaman su oportunidad, necesitados de apoyo y protección para seguir existiendo.
En las noticias publicadas se habla del "valor añadido" que supone la explotación turística de lo exótico, apostando por un turismo del género lelo, es decir, aquel que viene a un Parque Natural y Reserva de la Biosfera (declarado así por su riqueza en biodiversidad y la excelente conservación de sus hábitats) a ver animales que puede encontrar en cercados y zoos en otros lugares menos afortunados que éste. En el PN de Redes pueden sorprenderse en sus paseos con corzos, venados, jabalís, rebecos, zorros, gatos monteses, ardillas, lirones, nutrias, anfibios, reptiles y aves incontables, imaginarlos tras sus huellas o simplemente disfrutarlos sabiéndolos "al lado", aunque no se dejen ver. Además, por supuesto, de la casi permanente visión cuando no auténtica compañía de vacas, caballos, ovejas y cabras en libertad, ya sea en los puertos o los prados y entornos de los pueblos. Todo ello en el contexto de un paisaje envidiable donde las cumbres, los bosques y toda la flora es otra fuente de admiración y disfrute permanente; tan importante como el respeto por el trabajo humano que lo ha conservado y lo mantiene: la etnografía, la cultura, los usos y las tradiciones, en definitiva, el saber hacer de sus gentes, su historia, su presente y los atisbos de futuro. Ese es el turismo que merece y necesita el PN de Redes y Caliao, el que aprecia y pone en valor el importantísimo patrimonio natural y también social que lo conforma? y sabe disfrutarlo con respeto, aportando beneficios.
Y por último, también hay razones legales y medioambientales. Europa no financiará actividades prohibidas o no autorizadas en una ZEC como es el caso de Redes. Su Instrumento de Gestión Integral (IGI), aprobado hace año y medio, es claro al respecto: "Se considera prohibida la introducción de especies, subespecies o razas geográficas, vegetales o animales, diferentes de las autóctonas." (apto. 3.4.1.6. del IGI de Redes). Y la Administración del Parque tiene muy difícil poder emitir un dictamen favorable para los bisontes en Redes amparándose en un supuesto interés ganadero: movería a risa si no fuera porque da pena? además de ser fácilmente refutable.
Trabajemos por lo que tenemos, ocupémonos en cuidarlo y ponerlo en valor, mostrémoslo con el orgullo de quienes hemos heredado un joya única y cuyo deber es entregarla a quienes nos sucedan con el mismo o mayor valor. Busquemos las oportunidades en lo que tenemos y menos en lo que "nos falta". Dejemos de ser territorio de paradojas: resulta que para comer un cotizadísimo y excelente chuletón de buey casino hay que viajar a otra comunidad para encontrar la cocina-gourmet que te lo ofrece como exquisitez mientras que en el PN de Redes se ofrece sin sonrojo "cordero de Aranda". Sería bien triste, además de vergonzoso, desalojar a la vaca casina de su territorio para hacerle sitio a la sayaguesa o a bisontes europeos.
