Se está acabando el buen tiempo, el sol va durando menos, las vacaciones van tornando a su fin y, de pronto, surge otra prenda de baño. Los que tenemos años hemos vivido diferentes momentos en las playas y en las piscinas públicas. Conocimos diferentes trajes de baño, tanto de mujer como de hombre, aunque lógicamente los de mujer nos llamaban más la atención. Así un día nació el bikini, de solo dos prendas, cuyo tamaño cada vez era más pequeño. Después alguien creo el trikini, que lo único que hacía era unir las dos prendas del bikini. Y ahora hemos llegado al polémico burkini, prenda que viste y tapa todo el cuerpo, desde la cabeza a los pies.
En algunos ayuntamientos, incluso países, se autoriza o se prohíbe el burkini, por razones religiosas o de sanidad, respectivamente.
Esto de las prendas, tanto da para la mujer o para el hombre, no sé a dónde va a llegar, cuando se intenta en muchos sitios y lugares introducir el nudismo, vamos, el despelotarse, dicen sus defensores "tal como Dios echo la gente al mundo".
Y así hasta que se cree y se ponga de moda otra nueva prenda y se le de nombre a esa nueva modalidad para bañarse. Pienso que tenemos bien poco que hacer o mucho que pensar. Eso sí, ustedes sigan bañándose en el mar, en la piscina, en la bañera o en la ducha de su casa, como quieran y como les dejen, que para eso existen normas que hay que respetar.
