Han pasado ya más de dos meses desde el fin de las fiestas de San Juan, y tras conversar con mucha gente, todos coinciden en lo mismo: fueron una nueva decepción.

Unas fiestas sin ningún atractivo, cuya única parte positiva es que por fin, tras varios años siendo un clamor, pudimos ver en Mieres a una de las cantantes más conocidas que ha dado nuestro concejo a España.

Estas han sido las fiestas cuyo formato viene repitiéndose en los últimos veinte años. Ninguna novedad, en nuestro Ayuntamiento las cosas continúan improvisándose. Municipios más grandes y con celebraciones más importantes que Mieres organizan sus festividades con un año de antelación, desde el día siguiente de acabar las anteriores. Con eso se consiguen mejores precios en las actuaciones, más variedad, se buscan mejor las ubicaciones y sobre todo, las cosas salen mucho mejor.

Aún no logro entender que durante la semana de fiestas que hubo este año, de lunes a jueves en Mieres no hubiera ni una sola actividad. Tampoco logro entender, y ya pienso que el limitado soy yo, cómo es posible que el viernes 17, día del pregón, sí que hubiera actuaciones programadas pero el sábado 18 no hubiese nada.

Desde el Partido Popular llevamos años denunciando que las fiestas no pueden ser organizadas en quince días por una comisión de festejos integrada por unos pocos concejales. El Ayuntamiento debe contar con la hostelería y el comercio, con el movimiento vecinal, y por supuesto con las asociaciones juveniles. El problema ya no es sólo en San Juan, la Folixa también sufre de agotamiento por repetición, y por suerte, en los Mártires, la intervención municipal es mínima.

Lo ideal es siempre proponer en positivo, además de invitar a la participación de todos estos colectivos, el Partido Popular sí tiene propuestas para relanzar de nuevo nuestras fiestas locales. En cuanto a San Juan, debemos mejorar el programa lúdico-infantil con juegos, cuentacuentos, espectáculos de magia, malabares? con los que tener actividades todos los días de la semana. Hay que establecer una colaboración con el Consorcio de Transportes del Principado con los que ampliar medios y frecuencias para que jóvenes de otros municipios puedan tanto venir a Mieres como volver a sus municipios al terminar su noche. Tras el sonoro fracaso de este año, debemos estudiar la viabilidad de los conciertos de pago, y si se hacen, hacerse con grupos de renombre, lo que facilitaría poderosamente atraer a nuestro municipio a personas de toda Asturias que tras el concierto pudiera quedarse, incluso, organizado con la antelación que aquí brilla por su ausencia, ¿por qué no un festival? Debemos apostar decididamente también por los grupos locales, siendo una parte importante y principal del programa de las fiestas, así como facilitándoles espacios, medios y publicidad (tanto cartelería, como en el libro de las fiestas) para poder promocionarse, ya que actualmente el apoyo del Ayuntamiento a este colectivo es mínimo. Por último hay dirigirse a los grupos deportivos locales para aumentar el número de campeonatos de San Juan.

En cuanto a la Folixa, si de verdad lo que se persigue es una festividad en torno al folklore asturiano, debemos convertirla de verdad en un festival como tal. Comenzando en primer lugar por la organización de las jornadas gastronómicas en torno a los platos típicos asturianos. Es necesario transformar el tradicional reparto de sidra en una cata popular de sidras en la que participen el mayor número de lagares posibles. Hay que elaborar un programa lúdico para niños, similar al que proponemos de San Juan durante una semana, pero que girase en torno a los juegos tradicionales asturianos. Unido a esto, debemos también recuperar el museo de la tonada que fue impulsado por el Partido Popular y que lleva años cerrado.

Todo ello, amén de todas las propuestas que lleguen de la hostelería y el comercio, el movimiento vecinal y el resto de asociaciones juveniles.

Muchas veces el problema, no es la falta de recursos económicos, es la falta de recursos imaginativos, ausencia de ideas, porque al fin y al cabo, es más fácil gobernar con unos presupuestos prorrogados desde el año 2009 y sin hacer ningún cambio en las políticas, no vaya a ser que hagas algo y puedan criticarte. Pero es el precio a pagar si quieres mejorar las cosas.