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Desde la Meseta

Bla, bla, bla

¡Cómo acabamos el mes de agosto! Usted no lo sé, pero yo tengo "enllena" mi cabeza, porque ya no sé quien pretende gobernar, ni quién está en contra de ese posible gobernante.

Me había hecho a la idea de no escuchar y menos de ver a los políticos defendiendo ante la Cámara Baja, el hemiciclo como a muchos les gusta llamar, esa postura controvertida de sus ideales (que no es tabaco, ¿se acuerdan?). No hice juramento precisamente de escuchar tal profundidad de palabras y textos, porque al final hubiese mentido probablemente.

Claudiqué y terminé por poner la radio y escuchar esas peroratas, lo dicho, hasta que mi cabeza se calentó, al parecerme que todos ellos tenían razón y que el equivocado era yo con mis pobres argumentos. Claro, yo soy un vulgar paisano que no se dedica a la política, ni cobra de ella. ¡Ah!, ni se me apetece eso de sentarse en el hemiciclo.

De momento me queda la oportunidad de ir a votar, no sé si por tercera vez o, por qué no, las que Dios quiera.

Me agota el bla, bla, bla, de los servidores del pueblo, no puedo con ellos, no puedo más.

¿Y ustedes como lo llevan? ¿Lo tienen claro? Me imagino que no tan claro como un servidor, porque no les deseo que tengan la cabeza como un bombo.

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