Se acabó lo que se daba, no queda más remedio que poner buena cara al final vacacional, recordando con nostalgia el tiempo disfrutado, los que hayan podido e ir preparándose para el nuevo curso en los más variados aspectos.
En la actualidad política, parecen confirmarse los peores augurios y parece que debemos prepararnos para ir a las urnas en Navidades (18 o 25). No hay modo de que ninguno de los grupos que nos representan se pongan de acuerdo, pues lo que prima son sus intereses personales o gremiales. Ninguno quiere ceder, aunque igual va todo mejor sin ellos. Al final, no se vislumbra cuándo dejarán de darnos el coñazo.
Vuelta al trabajo de los afortunados que lo tengan, y esperanza de millones de ciudadanos que esperan encontrarlo y dar un giro a su vida. Aunque tienen gracia las pautas recomendadas a los que se incorporan, para superar el "estrés".
Comienzo al cole, incluida mi nieta Carmen, que sin haber cumplido seis añitos ya desde hace tiempo madruga cargando con mochila y material escolar abundante, al igual que todos los niñ@s de su edad, lo que parece una exageración?
Calentito y problemático este mes, que resulta en cuanto a gastos el peor de todo el año. No queda más remedio que afrontarlo cada cual como pueda, en muchos de los casos con nuevo agujero en el cinturón, unos por falta de previsión con sus "alegrías estivales" y otros -que ya resulta peor- porque de donde no hay, nada puede salir.
Aunque en el momento actual los nubarrones barruntan tormenta, habrá que tener un gramu de optimismo. Pero no por ello olvidar la conocida Ley de Murphy o el antiguo aserto de "que donde éramos pocos, la abuelita parió gemelos". Pues nada, amigos míos, simplemente quedar a la espera de cómo evoluciona todo y que septiembre nos sea leve.
