Javier Fernández afirma que las terceras elecciones generales son un "destino inexorable y fatal". Es sabido que el presidente del Principado, como "barón socialista", es proclive a que se facilite la investidura de Rajoy, bien por eso que se llama "razón de Estado" o por cálculo electoral: mejor que el PP se siga cociendo en su salsa de corrupción ante los malos augurios de las encuestas y esperar mejores vaticinios. Pero su secretario general, Pedro Sánchez, cree que dejar gobernar a Rajoy sería una fatalidad que considera se puede evitar, es decir, no es inexorable. Sánchez prefiere la contienda electoral, quizás harto de sus "barones" y en espera del desgaste popular que no llega, pese a que el destino del PP se dirige a los Juzgados por la inexorable fatalidad de la corrupción. Atónitos ante el espectáculo, los españolitos maldicen su fatal destino de soportar tanta ignominia, irremediable como llega a la orilla la ola, que escribió el poeta Claudio Rodríguez.