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Tribuna

Ignacio Gracia Noriega y Morcín

La relación del fallecido escritor con el concejo morciniego y sus gentes

Después del elenco de plumas variopintas y altamente autorizadas, pertenecientes al mundo de la política, la cultura en general, gastronomía, etcétera, que han narrado en tu obituario los hechos más trascendentales que jalonaron tu vida, me exonera de volver sobre las mismas y me permite acercarme a lo que mi corazón y sencilla pluma me dictan. Siento el honor de haber gozado durante muchos años de tu amistad y consideración, y tu inesperada muerte ha dejado profunda huella en mi alma, por eso deseo dejar constancia de que La Foz de Morcín te debe mucho, siempre has sido un defensor a ultranza de sus costumbres culturales y gastronómicas, yo quiero narrar aquí algunas vivencias que evidencian este aserto.

Llegaste por primera vez a La Foz hace muchos años, una tarde desde Oviedo en el bus de Álvarez González y, circunstancialmente, arribaste en casa de Gerardo y Elena, personajes con los que trabaste amistad para siempre y que fueron objeto de tus escritos en varias ocasiones. Allí se encontraba el Hermenegildo Bardio Cachero "Mené", gran conversador y perfecto conocedor de la zona, todo un caballero. Acto seguido fue fácil la decisión, iniciasteis una marcha hasta el vecino pueblo de Muriellos en Riosa, donde probaste por primera vez el quesu de afuega'l pitu, en su versión de "rojo del Aramo" que diría nuestro gran amigo Juan Benito Argüelles. Con los quesinos de Casafondera viste cumplido un deseo personal que albergabas desde tiempo, degustar tan exquisito manjar, que luego pregonaste y ensalzaste por el bien del producto y sus artesanos.

Más adelante fuiste pregonero de uno de los primeros certámenes en La Foz de nuestro queso anfitrión, cuya subsistencia defendiste a capa y espada cuando el consejero de Sanidad, Juan Luis Rodríguez Vigil, quiso denostarlo, por supuesto sin conseguirlo. Recuerdo una frase elocuente en tu trabajo periodístico "del ostracismo a la gloria".

En el año 1976 de nuevo fuiste pregonero en las fiestas de nuestra patrona la Virgen de la Probe y el acto se desarrolló en la iglesia con el plácet de nuestro querido y buen amigo don José Manuel Valle Carbajal, párroco de La Foz, la causa la tarde aciaga de agua y tormenta que afecta a la jornada. Ese mismo día actuaron en la iglesia la Compañía Asturiana con Donorino García y Clara Ferrer, y creo recordar que fue la última actuación en público del gran cantante José Manuel González "El Presi".

Por la década de los 70 organizamos una visita-comida en el mini-museo que tiene Mario Fernández Allende, otro buen amigo, en el valle de Somonte (Les Galianes-La Figar), acompañados de su hijo Jaime (hoy empresario en México), Vidal Peña, tú y el que suscribe. Pasamos un gran día entre una suculenta paella, fruto del buen arte culinario de Jaime, y teniendo como fondo el Aramo y el majestuoso Monsacro. Por la tarde decidimos visitar a José Menéndez, alias "el coxu de la boza" y también muy conocido por "El Xugueru" que moraba en la Payarona, muy cerca de donde estábamos. Le llevamos prueba de nuestras viandas y Vidal Peña y tú quedasteis estupefactos y maravillados a la vez, al observar a tan singular personaje, su atuendo y entorno, sentado sobre un tablón con la zuela en la mano y la bota de vino pendiendo de su rodilla y el otro pie en la almadreña atada con cintas de zapatería, fabricando un xugu. Llamaba poderosamente la atención un gran cartel mural a todo color pegado en el cuarterón de la puerta con la fotografía de Dolores Ibarruri "La Pasionaria" y sobre un banco a su lado el periódico "Pueblo" abierto en la página El Gallo que escribía su director Emilio Romero. Todos muy confusos por el antagonismo de los fans del Xugueru.

Contó infinidad de anécdotas. No entendía cómo los vecinos de La Foz tenían creído que las máquinas nocturnas que en sus giros iluminaban todo el valle trabajando en la explotación a cielo abierto del Picu Llosorio, cuando en realidad lo que se estaba montando según sus teorías era "una base americana". "La xente de la Foz ye muy ignorante, nun saben más que mirar pa la casa tonta", con referencia a la televisión.

Habló extensamente y dijo que todo iba a menos, pues el año pasado por la Ascensión ya no había en Oviedo "ni cases de puterío".

En la época en que recorríais Asturias el genuino grupo de la buena mesa y con posterioridad escribías en LA NUEVA ESPAÑA el resultado del evento, recuerdo que la visita a casa Gerardo, que él preparó con gran pompa, lo pasasteis apoteósicamente, disfrutando de sus frecuentes irrupciones al comedor acompañadas de minidiscursos plenos de graciosísimas suspicacias. Tener en su casa a Alarcos Llorach, Teodoro López Cuesta, etcétera, era para él como una sesión de la Real Academia y su temor radicaba en el importe de la factura porque temía la crítica sobre la cantidad del producto y su coste. "De que si me paso Gracia Noriega me va a atacar y si cobro poco creerán que soy tonto", y con este dilema desde el umbral que separaba la cocina del coqueto comedor, vestido con el batón azul, se dirimió con un discurso de fin de sobremesa y consenso por ambas partes, cerrando los comensales con un fuerte aplauso. Aleluya.

Colaboraste en la confección de la memoria anual que edita la Hermandad de Donantes de Sangre en mi época de presidente y con artículos de sensibilización social en la mejor gesta como paradigma de la solidaridad que es la donación.

Escribiste mucho y diste a conocer La Foz de Morcín y sus acontecimientos y lo hiciste en distintas ocasiones en las personas de Gerardo y Elena Mené, Chus el de Orosia, José Manuel Valle Carbajal (párroco), Pepe Cachero, José Antonio Díaz López, José Menéndez "El Xugueru", Casa Cacherín (el Casino y casa Tía), donde te gustaba tomar un vasín al llegar a La Foz. Todos desgraciadamente fallecidos. También lo hiciste sobre Marcial y su hermana Luisa "la guisandera" de La Puente.

Y con respecto a mí, quiero dejar constancia de mi extrema gratitud porque siempre conté con tu amistad y apoyo. Como Alcalde decías que era incombustible y que siempre sería el regidor perpetuo de Morcín. Para ti era el embajador endógeno y exógeno de Morcín junto con Marcial, personaje conocido en todos los ámbitos de nuestra geografía.

Como amigo de La Foz, fuiste ilustre pregonero y defensor de nuestro pote de nabos y quesu de Afuega'l pitu, ensalzando nuestras ancestrales costumbres. Cofrade de Honor de nuestra Cofradía Amigos de los Nabos y asiduo visitante con quien he compartido mesa y manteles al lado de Covi, tu ilustre esposa, en varias ocasiones. Doy gracias a Dios y agradezco y refrendo tu grado de vinculación con mi pueblo: La Foz.

Y concluyo contigo Covi, decía Séneca: "Con el fuego se prueba el oro, con las desgracias los grandes corazones". Tú tienes un corazón exuberante, has luchado y cuidado con suma delicadeza a Ignacio y has sido una fiel y leal esposa comprometida hasta el final de su días de manera ejemplar. Para ti mi simpatía y respeto personal con el recuerdo permanente de Ignacio, y a ti Nacho, desde donde están los mejores, acuérdate de nosotros que en justa reciprocidad lo hacemos.

Gracias. Un fuerte abrazo y hasta que Dios quiera.

José Antonio Martínez Allende (Jama), fundador y presidente honorario de la Hermandad de La Probe y cofrade senador de la Cofradía Amigos de los Nabos.

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