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Carta de la Virgen del Carbayu

La polémica por la intención de trasladar la imagen de la patrona de Langreo

Amigos y amigas de Langreo:

Desde el cielo veo con perplejidad la "guerra (casi) santa" que tenéis planteada con el Ayuntamiento de vuestro concejo langreano.

Yo, hace muchos años que estuve por esos lares. Ya sabéis las versiones que hicieron de mí el honor de ser vuestra Patrona. Una, dice, me parece que exageradamente, como la leyenda más popular y conocida, que cuando se pretendió construir una ermita dedicada a mí en un lugar que en la actualidad llamáis Pampiedra, que al inicio de las obras, los obreros observaron en repetidas ocasiones y diferentes días que a la hora de comer el pan se había convertido en piedras. Yo, nunca me manifesté en contra, pero me preguntaba, ¿cómo voy yo a convertir el pan de unos obreros en piedras (como castigo por la ermita en ese lugar)? Después, algunas personas, dijeron, que me habían visto, en otro lugar, en la copa de un roble, que por esas tierras de mi hermana la Virgen de Covadonga, llamáis "carbayu" y que, parece, indiqué que quería una ermita en el lugar donde me vieron. No os enfadéis, pero hace tanto tiempo, que no recuerdo haber bajado del cielo. No obstante, es posible. Bueno, el caso es que me construisteis una capilla, por cierto, muy bonita y que agradezco, en el lugar más hermoso de vuestro concejo, desde el que las vistas son un privilegio para quien las contemple.

Después, hace años, en el 1954, me hicisteis vuestra patrona, en el ánimo de "unión entre los pueblos y la gente" de vuestro municipio. Por segunda vez, tengo que mostrarme agradecida. De verdad.

También tengo un himno, entiendo que un poco exagerado, pero es un himno y como todos peca de eso. No obstante, sí se podría cambiar la estrofa esa que dice "bendice las aguas tiznadas del Nalón". Hoy no lo están, está maravilloso, limpio y con patos. No, no fue un milagro, fueron las buenas políticas de saneamiento que se desarrollaron.

Pero mi carta no es para hablaros de mí, sino de esa "guerra" que indicaba más arriba. A ver, hijas e hijos amados, por qué entabláis cuatro mil firmas en contra de que me trasladen (que no quitar) de la hornacina que en su día me pusieron en el Ayuntamiento de vuestro concejo; no es que me parezcan mal, ya que entiendo estáis en el derecho de ello; es que mi sitio natural es en la capilla del lugar donde decís que me aparecí, ¿no os dais cuenta que es lo más coherente? Estoy en el Ayuntamiento, sí, pero mal a gusto, porque sufro y no quiero que por mi culpa se riña.

A ver, decidme la verdad, que yo lo sé, no olvidéis que lo veo todo desde aquí arriba, ¿cuántas de las personas que firmasteis acudís a la novena que se hace en mi honor en el mes de septiembre?, os lo digo porque la asistencia baja exponencialmente. Este año, os conté y la verdad, me quedé muy apesadumbrada, no llegasteis al centenar. O casi. ¿Cómo, entonces, sois cuatro mil firmando para que no me trasladen del Ayuntamiento? No lo entiendo, y que conste que esas firmas no son un milagro, son vuestras.

Se dice, que mi traslado sería "un daño gratuito y absurdo". No, no lo sería. Os lo digo yo, que no me equivoco. Lo que es absurdo es tenerme abandonada en una pared donde no mira nadie para mí. Yo quiero estar en mi casa y esa es la Capilla que me erigisteis. No seáis contradictorios. Os voy a decir algo que tal vez os sorprenda, y es que desde el cielo, estamos a favor de una sociedad laica. Nuestro mejor sitio, para los santos, santas y demás corte celestial son las iglesias y capillas. Así que no os peleéis. No merece la pena. Yo estaré contenta en la Capilla del Carbayu. Un beso, a todas y a todos.

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