Las dos partes tenían argumentos válidos. La declaración de Langreo como municipio laico fue aprobada en Pleno con una amplia mayoría: no sólo votó a favor el gobierno local (IU y Somos), sino también el PSOE y Ciudadanos; en contra quedó el PP. El respaldo democrático era incuestionable, aunque después PSOE y Ciudadanos intentaran suavizar sus consecuencias buscando una "salida consensuada" al retiro de la imagen de la Virgen del Carbayu de la Casa Consistorial. Quienes reclamaban su continuidad sumaron un amplio apoyo ciudadano con la justificación de que se trata de la patrona del concejo y puede considerarse un símbolo histórico, una excepción que recoge la norma aprobada. Los enfrentamientos del pasado martes precipitaron una decisión que ha dividido a los langreanos. Y es precisamente esta división, extemporánea, la que no deja vencedores. La sensación es que Langreo no ha ganado nada.
