Uno recuerda -con cierto tinte de nostalgia-- cuando ir a hacer la compra al supermercado de turno, cierto que hace ya muchos años, todo el terreno era patrimonio de las mujeres, que pasaban mirando a uno con cierta conmiseración, como diciendo? probe hombre, que tiene que hacer labores que tradicionalmente han sido nuestras.
La ventaja consistía en que casi todas te cedían graciosamente el paso por caja, considerando que eras un "bicho raro", e incluso te brindaban ayuda. ¿Ahora mismo? Pues el cambio ha sido radical. Curiosamente en la mayoría de los casos, el género masculino es el que llena el carro.
De la cortesía que se supone debe imperar, hemos dado paso a una especie de agresividad para ganar segundos a una teórica prisa. Así que vas tranquilamente hacia la caja con compra mínima, y debes de tener sumo cuidado para que la persona de turno no te arrolle -literalmente- con su carro cargado hasta los topes, por cualquiera de los laterales, o esprintando a toda pastilla para colarse, y llegar primero a la "meta".
Al final te l@s puedes encontrar en la salida conversando relajadamente, o fumando un "pitín" para reposar de tanta carrera.
¿Por qué estoy contando esti rollu?, pues fácil: un día de estos atrás me sucedió todo lo contrario, persona con dulce voz, y educada, con inequívoco acento argentino, me dijo " le ofrezco que pase delante de mí", lo que a estas alturas resulta el rara avis en nuestra jungla de la compra diaria.
Pero para mi sorpresa, un par de días después, me sucedió otro tanto de lo mismo. En este caso con señora nativa, pero lo que más me agradó, no fue otra cosa que le dijo a la cajera de turno: "atiende a esti chaval primero, que nun tengo prisa".
Obviamente no hace falta explicar que lo que me llegó al alma no fue lo de el adelanto de la cola, sino lo de "chaval", por lo tanto, muchas gracias desconocida señora, y a la espera que estos dos ejemplos, en su amplio sentido, se prodiguen. Entiendo que no cuesta mucho, por parte de todos, pero?
