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Desde mi Mieres del Camino

Ideas y obras son amores y no buenas razones

La promoción turística de Mieres es una exigencia con la que hay que cumplir ¡ya!

Hay momentos en que plantearse el presente e inmediato futuro de Mieres, con visión turística resulta ser el pan nuestro -para los pobres, claro- de cada día, después de la debacle minera y alguna que otra "cosilla" más, como recuerdo, en las Cuencas del área central asturiana, de tiempos más o menos prósperos pero ilusionantes. Desgraciadamente hoy nada asoma en el horizonte de la comarca del Caudal, al contrario de la del Nalón, donde existe otro espíritu más constructivo. Por lo expuesto en este preámbulo, no sobra recoger aquí, con la mejor de las intenciones, la idea de un mierense que, de principio puede resultar con visos de descabellada, pero, catedrales más grandes se levantaron. A lo que expone un miembro de la tertulia "Por el Camino" nos remitimos.

Siguiendo el ejemplo de otras experiencias esporádicas propone la creación de un tren turístico, pero no de la envergadura del de Samuño en el Nalón, sino a semejanza simple de los que suelen traer por las fiestas y similares, aunque con ciertas diferencias de singularidad en su diseño a la vez que más práctico. Según su tesis la estación base estaría, como parada principal, en la antigua del Vasco-Asturiano, cargada de historia y simbolismo, aprovechando el edificio para la creación de un aula de interpretación en torno la ferrocarril, pudiendo el actual Feve colaborar con la incorporación de material rodante, fotos y libros de empresa. A ello se podía unir Hunosa con alguna aportación. En la plaza donde se propuso crear el espacio escénico, ya desechado, se colocaría tres o cuatro máquinas férreas -eso sí con mayor sentido de conservación que la actual- vallando toda la superficie con el fin de protegerla del vandalismo. A partir de ahí, se abre el capítulo de rutas, la primera con los pozos mineros de Figaredo y Turón. Le sigue la del poblado minero de Bustiello. Otra se abriría por la Güeria de San Juan hacia las antiguas explotaciones de Polio y Tres Amigos más la creación de un área recreativa. Una más partiría con destino a Ablaña, Nicolasa, Mina Llamas y estación de Loredo? Y por fin la última que recorrería la popular ruta de Cuna y Cenera, con su especial núcleo rural y el área de La Panerona más el atractivo de buscarle forma de visitar el santuario de Los Mártires.

De acuerdo con la argumentación todas estas rutas disponen de sendas ya construidas que pueden ser compartidas por senderistas y el tren. En caso contrario siempre se utilizarían carreteras secundarias. Estos itinerarios culturales podrían ser utilizados por los alumnos de colegios mierenses y del resto de la Montaña Central, en horas lectivas y días concretos de la semana. Considera el autor de la propuesta que Mieres tiene la suficiente historia laboral en el campo minero y metalúrgico como para conformar una oferta turística digna que pueda llegar a interesar a muchos colectivos sociales y culturales. "Estamos el 'El Camino' -dice- y al día de hoy no sabemos aprovechar esa ventaja. Nos lo están llevando todo para otros concejos hermanos".

Para un plan de este tipo se podría contar con la colaboración de La Montaña Central (con interrogante), el programa Leader y algún que otro fondo minero y por supuesto, la oportuna aportación del Principado a cuyos responsables "debería darles el sol en la cara, con lo que 'miran' a otros municipios por el mismo concepto".

De acuerdo con lo expuesto por este entusiasta, "esto es solo un embrión de un proyecto turístico con visos de realidad, pero que precisa de un estudio serio sobre sus posibilidades y coste, ya que siendo razonable, se convertiría en un servicio más para el Ayuntamiento, por lo que no puede contemplarse como un negocio que aporte resultados económicos positivos. La perspectiva de sus efectos es distinta y debe comprenderse desde la visión de un servicio más que se oferta con el sello de calidad de vida. En definitiva, que si deseamos convertir a Mieres en un 'territorio museo' se podría comenzar por ahí".

Las conclusiones de este vecino de la capital del concejo van tras la sentencia de que "nunca terminaremos lo que no empezamos y si no pedimos nunca nada se nos darán. Ante una petición seria y consecuente, si no hay respuesta, siempre queda la protesta pública y sonora, en plan beligerante y bajo el lema popular de que 'el que no berra no mama' y si nos dormimos todo va a seguir igual".

Por supuesto que esta idea ahora mismo puede resultar fuera de toda lógica, pero otros proyectos se iniciaron bajo la tónica de la dificultad y con el tiempo salieron adelante. Eso sí, para ello sería indispensable implicar a todas las asociaciones, partidos políticos y demás movimientos colectivos, en definitiva a toda la gente. "Si de verdad somos un 'territorio museo' -concluye el autor de la propuesta- de alguna forma debemos darlo a conocer".

Es alentador que en el Mieres actual, inmerso en un plan desértico de buenas ideas de futuro aún existan nativos con cierta imaginación. Por supuesto que la que nos ocupa presenta ciertos adornos de seria dificultad, pero para subrayar su viabilidad o presunto rechazo, doctores tienen los organismos competentes que sabrán sopesar los pros y contras. Uno recuerda el proyecto bien diseñado por el artista mierense Llonguera sobre "el valle encantado" en Cuna, que, al menos por el momento, ha quedado en el dique seco. Ese nunca será el deseo de un Mieres con ilusión.

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