No es que deje de preocuparme cómo va a acabar el tema de un gobierno definitivo por cuatro años, cuando lo que más rueda por mi cabeza es el tema de las pensiones. Lo que ya ocurrió en otros momentos o situaciones, basta que un problema se afirme que no es grave para que ocurra. ¿Se acuerdan de algunos temas concretos? Basta que nos dijesen que el aceite, por ejemplo, no iba a subir, para que al cabo de unos días subiese su precio. Y así con más cosas.
Ahora se habla mucho de las pensiones, bien de jubilación, orfandad, viudedad o enfermedad, y hasta la ministra en funciones, Fátima Báñez, plantea cobrar una pensión y a la vez trabajar, percibiendo en ambas el 100 por 100.
No hace mucho comentábamos lo duro que sería el futuro de nuestros pensionistas, siendo ahora todavía gente joven. Pero el presente nos lo pintan más negro, incluso siendo ya pensionistas e incapacitados para realizar cualquier trabajo.
Si los "sin-sin", sin estudios y sin trabajo no pueden salir adelante, no quiero pensar cómo tendremos las cosas en breve. Salvo que irónicamente nos metamos en la política y permanezcamos en ella tiempo y tiempo, asegurándonos con esa "profesión" una buena y eterna jubilación. Digamos eso de tiempo al tiempo y que nuestras males sean perecederos.
