Que quieren que les diga, simplemente comprobar el profundo respiro de satisfacción que muchos han sentido tras la investidura -casi mejor "embestidura"- de don Mariano el silencioso, tranquilo hasta la desesperación, de los suyos, y del resto, incluida la amplia retranca, como todo buen gallego.
Y digo respiro, dado que una buena mayoría de los 350 lo han recibido con evidente alivio, dado que de momento van a seguir en la pomada del poder, muchos tragando sapos, o cambiando de posiciones numantinas a... lo que le impongan, con la muletilla del beneficio para el país, que bien se podría traducir en el personal de cada cual, casi con total seguridad.
En puro plano personal, creo que esta Legislatura tiene pocos visos de que agote los cuatro años reglamentarios, pues una vez que todo comience a rodar, vendrán los problemas añadidos. Ahora mismo queda todo prendido con alfileres, con lo que no me extrañaría que el próximo otoño, o quizás antes, igual los españolitos vamos a volver a pasar de nuevo por las urnas.
Todo va a depender de que a los populares les aprieten excesivamente les tuerques, y como en este aspecto van a tener la sartén por el mangu, y si encima el viento les sopla a favor, pues veremos en que queda todo.
En principio la jugosa beca para todos ellos queda ampliada, pero con la espada de Damocles sobre su cabeza, básicamente para los que viven -y muy bien- de ello, aunque los veteranos seguramente se han apañado bien para tener a estas alturas un buen colchón que les haga mirar el porvenir risueñamente.
Alguno habrá que esté temblando por si de la actual respiración asistida, unas no descartables nuevas elecciones le deje desconectado definitivamente del chollu, y con el fregao actual en que están inmersos la mayoría de los partidos, a muchos les darán puerta, o le moverán el sillón. Aunque. Eso sí, que les quiten lo bailao, pero, seguramente, van a entrar en fase depresiva profunda. En principio quedamos todos a la expectativa.
