La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con el debido respeto, señor Rajoy

Una carta abierta al reelegido presidente del Gobierno con peticiones para su mandato

Señor Rajoy, le voy a pedir, no a "exigir" como parece hará el PSOE, partido que lo aupó hacia el sillón presidencial, algunas cosas, no muchas, para que usted lo haga bien. Y así no sea merecedor de algunos de los graves insultos con los que usted obsequiaba al anterior presidente socialista, entre otros: "bobo solemne", "cobarde sin límites", "antojadizo, veleidoso e inconsecuente", "irresponsable", "indigno", "cobarde"; de dar "coces"... Que a buen seguro, no se los merecerá. Bueno, sin más preámbulos voy a lo que me ocupa, que es serio.

Lo primero, es importante, le pido que duerma bien para que mantenga una mente despejada y clara. Protéjase del pueblo, ¿que por qué le pido esto? Porque seguro que le pedirán más de lo que puede dar. Ya sabe usted que el pueblo se pasa mucho con las personas que gobiernan. No permita más corrupción, sea fuerte Don Mariano, y si se diese el caso que esa lacra vuelva procure que no le moleste mucho, sí, como hasta ahora.

Le pido que sepa discernir entre lo importante que es la economía para los de siempre, los ricos; esos de aquella parábola de que " Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja..." Y la que es necesaria para vivir y trabajar, en el caso remoto de que haya dónde trabajar. Bueno, esto último parece que lo va a solucionar. Que sí, que el paro lo van a bajar a mínimos. No me río, señor Presidente, no; porque sé que tendrá la ayuda inestimable de los socialistas, que para eso son tales.

Cuídese de quienes, tal vez, le exijan mucho. Tranquilícese aunque se proteste, siempre hay acuerdos y firmas que lo solucionan. Sé que sabe que el tiempo es oro, por lo cual le pido que no tenga prisa en mejorar a la ciudadanía, que todo llegará. No vaya a ser que todo vaya bien y nos lo creamos.

Cuando vea las estadísticas del paro, de la infancia que pasa hambre, de las familias sin hogar, de las mujeres asesinadas o maltratadas, en fin de esas "desgracias" que de nuevo se encontrará, señor Presidente, dótese de asesoramiento firme y seguro, como hasta ahora y si puede y lo considera soluciónelo con leyes justas y equitativas, lo que seguro hará. Cosas más raras se ha visto.

Señor. Seguro que usted tendrá momentos dubitativos, en los que se sienta solo, esos momentos que nosotras, las personas sencillas. No llegamos a comprender, se nos escapan. Experimentará, seguro, la soledad del despacho, y se mesará los cabellos, preocupado por el devenir del pueblo. Cuando eso le llegue, tenga pensamientos positivos, que nadie sabe muy bien lo que son, pero seguro que su preclara señoría si lo sabe.

Termino, Presidente; le pido tenga suficiente fuerza para que cumpla, al menos un poquito del programa que dice va a llevar a la práctica. Si lo puede cumplir entero, mejor que mejor. Es cuestión de fe, señor Rajoy. Y seguro que habrá quien la tenga. Suerte.

Compartir el artículo

stats