Desconozco si el horóscopo de Javier Fernández le indicaba que el de ayer iba a ser el día tonto de la semana. Porque hay momentos en los que confluyen situaciones que desbaratan las buenas intenciones. Ayer, el Presidente abría el debate sobre el estado de la región con su discurso. Y el final lo reservó para argumentar la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy: por el bien de España y del partido, ante sus peores augurios electorales. Hete aquí que mientras se justificaba, el CIS hacía público el barómetro electoral tras la forzada dimisión de Pedro Sánchez: el PSOE se hunde y Podemos da el sorpasso. Fernández fía la recuperación al paso del tiempo. Ardua tarea, los jóvenes se han ido y ahora han cabreado a los veteranos. Para más inri, un juez admitía una denuncia de los díscolos del PSOE contra Javier Fernández y Susana Díaz por coacciones y por considerar ilegales las resoluciones del último comité federal. Hay días para quedarse en casa.
