Desde que hace varias semanas fuera conocida la dentellada lanzada por el Gobierno del PP a la yugular de Emutsa se han producido algunas novedades esperanzadoras tales como las gestiones que el Ayuntamiento ha promovido en el plano institucional. Pero, por encima de ello, hay que valorar como muy positiva la respuesta del Pueblo de Mieres organizándose y movilizándose en una masiva recogida de firmas canalizada por el tejido asociativo y vecinal del concejo.
Pues bien, este artículo que tan amablemente LA NUEVA ESPAÑA me publica aspira a ser un ejercicio de reflexión en apoyo de ese planteamiento que comparto ampliamente. En principio parece lógico partir de un posicionamiento ideológico: la defensa de los servicios públicos. Dicho esto, en un contexto tan difícil para Emutsa como el actual, sería lógico optimizar los recursos destinados a la viabilidad de la empresa. Resulta obvio que la mejor defensa de sector público pasa por hacerlo funcionar de forma eficaz, por poner en valor el saber hacer de la plantilla, su experiencia y compromiso y por aplicar medidas racionales en la gestión.
Es en este sentido que voy a intentar profundizar un poco más en este tema retomando un planteamiento que ya expusiera en algún artículo pretérito publicado hace años y que entronca también con una propuesta que en su día sostuvo la Unión Comarcal de CC OO cuando solicitó que Emutsa llegara prestando servicios hasta la población de Moreda. Me refiero, así pues y en definitiva, a la comarcalización del servicio de transporte público en el área de la Montaña Central.
En un momento de crisis y con una realidad presupuestaria restrictiva que aconseja la austeridad parece de sentido común tratar de mancomunar servicios, tratar de abrir la senda para que se afiancen con el tiempo unas estructuras supralocales que asuman desde la lealtad institucional la prestación y gestión de determinados servicios básicos, por ejemplo el transporte urbano. Así pues la propuesta sería la creación de una empresa pública de transportes con carácter comarcal para toda la cuenca del Caudal. Nadie dice que ello sea sencillo pero habrá que trabajar en la consecución de ese objetivo de forma paulatina y gradual. No sería descartable, llegado el caso, modificar los estatutos de Emutsa e incluso rebautizar la empresa asumiendo progresivamente aquellas rutas que ahora cubre la iniciativa privada según el CTA vaya ofreciendo la licitación correspondiente.
Para esto, o bien se comparten desde los distintos ayuntamientos las responsabilidades y gastos o puede incluso darse la circunstancia de que la empresa la gestione un solo ayuntamiento (por ejemplo, Mieres) y preste servicios mediante convenio a las otras localidades que abonarían un canon tal cual se tratara de una externalización de ese servicio. Tanto es así que se podría hacer uso de un ente supralocal ya existente como es el Consorcio de la Montaña Central, al que se dotaría de renovado impulso tras la decadencia y letargo en que se halla sumido. Esta propuesta permitiría garantizar los puestos de trabajo público existentes y generar otros nuevos además de potenciar la vertiente formativa de la empresa dando un uso concreto al Centro de Formación y consolidando así la apuesta ideológica por los servicios públicos que cabe suponer a los gobiernos municipales de la Comarca si es que nos basamos en las siglas de cada uno de ellos y en lo que dicen defender en sus respectivos programas electorales..
En definitiva, extender los servicios de Emutsa desde Mieres a Morcín y a Riosa cubriendo también Aller y Lena sería un antídoto contra el cerrojazo a la empresa estableciendo una red de comunicaciones con equipamientos esenciales como el Hospital comarcal o el Campus universitario lo cual ya por si solo justificaría analizar esta propuesta. Sin olvidar que nuestra comarca precisa un plan estratégico encaminado a combinar de forma eficaz el transporte de pasajeros por carretera y por vía férrea pudiendo Emutsa prestar un destacado servicio capaz de vertebrar el entramado de comunicaciones de la Montaña Central pasando a ser una herramienta aún más valiosa para fijar población y combatir el éxodo rural. Ahora bien, todo esto dependerá de la voluntad política existente para convertir las ideas en realidades.
