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Desde mi Mieres del Camino

La banda de música, bajo la batuta de Antonio Cánovas

Más de 150 años de historia avalan a la formación, dirigida ahora por el saxofonista murciano

Larga vida a la Banda de Música de Mieres, la más antigua asturiana y con la orla de ser la única laureada. Larga vida pues porque, pese a ciertos altibajos históricos y a la actual situación plana a mínimos de la actualidad de esta casa, sigue adelante merced a la disposición y generosidad de sus componentes, divididos en dos bandos -valga la definición-, los que formar actualmente el equipo gestor, con Ramón del Llano como presidente de la Asociación "Amigos de la Música", plataforma en la que sustenta, y lo que en base a su afición, aportan su capacidad artístico-musical, instrumento incluido, que se mueven en una horquilla de, entre los 12 y los 70 años, bajo la batuta de un murciano, Antonio Cánovas Moreno. Lejos quedan los tiempos de aquellos inolvidables directores como Saturnino Mendoza, César San Narciso o Merediz, por citar algunos.

Sin embargo, y pese a tirios y troyanos, la Banda de Música de este pueblo sigue en pie, apoyada por la modesta cantidad de sus socios y una especie de subvención municipal, gracias al tesón del citado Ramón del Llano (Ramonín para los amigos), veterano militante del colectivo en pasadas épocas y hombre entregado a la música hasta su jubilación, y a la presencia de alguien que, aparte de los propios integrantes de la agrupación, quizás esté pasando un tanto inadvertido para el resto de la ciudadanía. Y es que puede resultar muy posible que no sepamos, con cierta exactitud, a quién tenemos al frente, musicalmente hablando, de este "pedazo" de nuestra historia que sobrevive a los vaivenes de ciertas tormentas paralizantes.

Antonio Cánovas Moreno nació en Murcia allá por 1979, lo que quiere decir que cuenta con treinta y siete años. Y con un curriculum impresionante no ha tenido inconveniente en llegar a Mieres hace nueve ejercicios y ponerse al frente de nuestra querida Banda. Virtuoso del saxofón, tras especializarse en los conservatorios de Ávila y Murcia, logra el máximo grado en el superior de Alicante, con la nota de sobresaliente. Y sin más, decide venirse a Mieres. En estos últimos tiempos ha completado su formación con profesionales de tanto renombre como Claude Delangle, Jean Ives Fourmeau, Jean-Marie Bernardette Charrie, Arno Bonakamp, Daniel Fabricio y un largo etcétera. Sus actuaciones con grupos musicales se multiplican por Francia, Holanda, Italia, Bulgaria y por supuesto España, Siendo destacable su colaboración habitual con la OSPA (Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias), con la que ha realizado varias grabaciones bajo el sello de RTVE. También la Sinfónica de Gijón supo de sus disposiciones siendo dirigido por personalidades como Maximiliano Valdés, Rossen Milanov, Kynan Johns, David Lockington y otros de similar talla.

La fibra pedagógica también asoma, por supuesto, en la personalidad de nuestro personaje al impartir, sobre todo, conferencias en torno al saxofón para conocimiento y difusión de este instrumento, en el ámbito universitario, concretamente en la ovetense y colabora como profesor de la misma modalidad con la JOSPA (Joven Orquesta Sinfónica del Principado). Como era de esperar, es licenciado en historia y ciencias de música (musicología) por la Universidad de Oviedo y ahora mismo figura, tras el correspondiente concurso-oposición como profesor en el Conservatorio Superior de Música de la capital asturiana y es director del ensemble de saxofones del citado departamento musical.

Y aquí llega una de las facetas más inesperadas de nuestro personaje. Tanta actividad, vocación y entrega por la música, a nivel colectivo e individual, aún le permite ciertas alegrías que no debería resultar fáciles en el discurrir de una vida. Antonio Cánovas forma, con su esposa Elena Miguélez, que es profesora de piano del Conservatorio Superior de Música de Oviedo, un dúo posiblemente sin precedentes, que a través del piano y el saxo, se enfrenta a la interpretación de numerosas obras de Enrique Granados, del que precisamente se cumple ahora el primer centenario de su fallecimiento y otras contemporáneas.

Estamos pues ante una personalidad poco vista por estas tierras, en la que se entremezclan juventud, vocación, interés sin límites, capacidad e imaginación. Antonio Cánovas, en su tete a tete con el informador, resulta una especie de torbellino de ideas, de planes, de sano avasallamiento, sin el menor intento de envanecerse en laureles ni lances de presunción. Es abierto, transparente y espontáneo, pero con el detalle aleccionador de que todo en él resulta auténtico.

Dicen los componentes de la Banda que es todo un ejemplo de paciencia a la hora de ensayar, sin el más indicio de enfado ante posibles errores, y menos gritos u otras manifestaciones de malhumor. Ellos saben que su mayor deseo es alcanzar los mejores niveles en la expansión y difusión de la música de banda y que la gente, intérpretes y público, disfrute con ella. Sin el menor deseo de que "se le vean", aparecen claros síntomas de un gran sentido altruista al servicio de su enorme afición y vocación. En esa línea, según sus propias palabras, anida una ilusión y un deseo para él inaplazable, que es la disposición de crear una banda elemental de iniciación, con el fin de alimentar, en plan nodriza, el futuro de la primera Agrupación Musical de Mieres.

Existe un paraje de interés en la vida de Antonio Cánovas. En su largo historial ha tenido la oportunidad de presentar en Madrid, como intercambio, la obra "Escenas asturianas" de Benito Lauret. ¿Se acuerdan nuestros lectores de que Mieres fue, precisamente uno de los lugares donde se reivindicó el regreso de este extraordinario director a la OSPA, después de unos acontecimientos nada deseables? Pues aquí, también se puede decir, tiene, aunque lejanas, raíces familiares.

Santa Cecilia

Dentro de unos días tendremos oportunidad de asistir a una efeméride anual en la que la Banda de Música de Mieres, dirigida por Antonio Cánovas y siempre bajo el beneplácito de la Asociación "Amigos de la Música", con Ramón del Llano al frente, ofrecerá en el auditorio de la Casa de Cultura, un escogido repertorio para deleite de los asistentes al acto. Será con motivo de la fiesta de Santa Cecilia y el acto principal tendrá lugar el sábado diez y nueve, a las siete de la tarde-noche, con el fin de evitar las dichosas coincidencias con la retransmisión televisiva de los partidos de fútbol, fin de semana.

Precisamente habrá, dentro del concierto de la Patrona mucha música en torno a Cervantes, como pueden ser pasodobles bajo el título de "Por tierras de La Mancha" o musicales caso de "En nombre de La Mancha", incluso una de Ferrer Ferrán "En un lugar de La Mancha" para terminar con la obras descriptiva "El Quijote" de cuya parte dialogada se encargará Ismael María González Arias, director de la Casa de Cultura de Mieres. Todo ello con motivo de alcanzar, en el actual momento, el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

La ocasión la pintan calva. Mieres tiene una deuda con esta realidad innegable que presenta su Banda de Música, laureada en su día, y con una vida histórica digna de ser contemplada con la mejor de las atenciones. Sería lamentable que a la cita de Santa Cecilia, acudiesen solo esos incondicionales de siempre, dejando, de cara a los entusiastas componentes del colectivo, es decir, los músicos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, maduros y hasta mayores, con la triste impresión de que su esfuerzo, dedicación y entusiasmo no encuentra el respaldo adecuado de una buena representación popular.

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