La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La historia de la fiesta de la minería

El origen de la celebración de Santa Bárbara en Mieres, Tablao y Brañanoveles

Hoy volvemos a recordar una fecha de gran calado en las cuencas mineras como es el día de Santa Bárbara. Todo ello gracias a la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara de Mieres, que recupera la importancia de ese día festivo que a lo largo de la historia fue celebrado por miles de mineros, independientemente del mineral que extrajesen, a pesar de que últimamente parece que tendemos a olvidarnos de otras minerías, como por ejemplo la del mercurio.

La extracción y destilación del cinabrio se practicó de forma continuada en la comarca, desde la década de los años cuarenta de siglo XIX hasta 1974, año que se efectuó el cierre de las minas del Tarronal, La Peña y Muñón Cimero, en Lena.

Por desgracia, la fiesta de Santa Bárbara cada año tiene menor repercusión, ya que casi no quedan minas ni mineros. A pesar de ello no podemos ni debemos olvidar quiénes somos y de dónde venimos, aunque a dónde vamos sea más negro que el propio carbón.

Entre las cosas que recupera este grupo de exmineros y simpatizantes de la minería está que, durante días, nos traerán el sonido del "turullu", que durante muchos años nos acompañó a diario. Si nos es por esta asociación, pocos jóvenes podrán conocer este sonido y saber para qué se utilizó.

La tradición de esta fiesta minera en el concejo viene de muy antiguo y surgió en torno a Santa Bárbara, teniendo su mayor y más vieja expresión en la capilla de Brañanoveles, situada en los pueblos altos de Mieres, donde se explotó la recordada mina "Mariana". En este lugar aparte de la fiesta de la patrona minera se celebraban algunas más como eran la de Santa Germana en El Carbonero; La Encarnación, en Rozadas de Bazuelo, y en la actualidad, desde hace casi 50 años, la romería de Los Felechos, siendo una fiesta que cuenta con una asistencia masiva de romeros. Dicha romería, poco a poco, se ha incorporado con fuerza en el calendario de fiestas de Mieres, y lo que en principio se hizo como un pinito o experimento, hoy día puede decirse que es la fiesta más populosa de la ladera este de Mieres.

Hoy podemos decir que la capilla de Santa Bárbara fue levantada a finales del siglo XVIII, concretamente en 1768. Siendo creada unos años después la fundación, conocemos este dato gracias a la documentación presentada Francisco Fernández y Álvarez al Juez de Primera Instancia Mariano Romo y Hierro, en Pola de Lena , fechada el 3 de septiembre de 1874. Según este documento cuenta: "Constituyen la fundación de la capellanía colativa y de patronato activo y pasivo de sangre, llamada de Santa Bárbara, erigida por Francisco González y su mujer Isabel Suárez, en el pueblo de Brañanoveles, concejo de Mieres, el treinta y uno de agosto de mil setecientos setenta y cuatro".

Esta capilla nació a razón de que en estos contornos de Tablado, Brañanoveles, Quintos, Rozadas de Bazuelo y otros pueblos habitaban los primeros buscadores de carbón. Y por eso durante décadas Tablao y Brañanoveles se vestían de gala para honrar a la santa ese día.

Pese a estar arraigada en la zona, en mayo de 1932 la capilla sufrió un atentado al arrojársele un cartucho de dinamita, produciendo daños de poca consideración y provocando la indignación de los vecinos de la zona.

El paulatino cierre del "Grupo de Marianas", conjuntamente con el grupo de Corujas, hizo que los trabajadores fuesen destinados al pozo Barredo y otras instalaciones. Eso propició que esta zona alta del valle se fuese deshabitando y que la celebración en la capilla fuese abandonada. Otro hecho fue que la fiesta de Santa Bárbara que tanta raigambre tuvo en estos pueblos totalmente mineros, fuese desplazada a la capital del concejo siguiendo el éxodo de los habitantes de los pueblos. En realidad, a medida que la vida aportaba comodidades, el desplazarse a la capilla de Santa Bárbara, el día 4 de diciembre, representaba un esfuerzo propio de gran cariño a la Capilla de Brañanoveles.

Tenemos que decir que el acceso por carretera a los pueblos de Tablado y Brañanoveles es reciente, de hacia finales de los años setenta. Hasta la llegada de la carretera para ir a ellos, se debía utilizar un "camino real" incómodo y vetusto, que para mayor penuria en los años 60, fue utilizado por una empresa carbonífera como carretera para servicio de camiones, sin que dicho tramo carretera mereciera un asfalto decente para el tránsito humano. Con ello, aquel pedazo de camino quedó prácticamente hecho un fangal, porque el terreno vencía por la fuerza del gran tonelaje de los pesados camiones que lo cruzaban cada día.

Hasta hace unos años atrás, algunos vecinos recordaban como cada cuatro de diciembre subía un cura con la sotana arremangada para no llenarse de barro. Por ese camino subieron grandes sacerdotes como fueron Valeriano Miranda, Hermógenes Lorenzo, Jesús María Muñiz Prada y muchos más. En los años sesenta del pasado siglo, muchos lugares carecían aún de infraestructuras básicas como carreteras, luz o agua y todas las Cuencas presentaban escasos equipamientos educativos, deportivos, y culturales. Fue el Plan de Mejora del Hábitat Minero (1966-1969) el que intentó corregir estos desequilibrios.

Si a esta falta de accesos añadimos, como hemos dicho, que las empresas mineras como Fábrica de Mieres y otras realizaban en la villa de Mieres una gran fiesta en ese día, se justificaba que ir a los pueblos de Tablao y Brañanoveles fuese un sacrificio de allí el que no se celebrase durante unos años nada en Brañanoveles.

Pero las cosas cambiaron con la llegada de la carretera a la capilla, lo que no representaba ya tanto esfuerzo el subir allí. Entonces, los vecinos de estos pueblos no se resignaron, y estuvieron dispuestos a volver por sus fueros haciendo una fiesta que superase a las de los mejores tiempos. Para ello arreglarían la capilla y el techo, desempolvaron el "ramu" y volvió a haber misa. En esta recuperación participó de forma muy activa el historiador mierense Julio León Costales con el apoyo del recordado Benjamín Álvarez, más conocido como "Benxa".

En los años setenta, durante ese día, se oía la alegre campana de la ermita de la santa. Incluso se llegaba a llenar el templo y se escuchaba la gaita tocada por Vallina que era un minero que había sido picador en el Pontao de Mina Baltasara y le acompañaba al tambor "Che" Lavandera, que había sido embarcador de vagones en el plano de la madera del pozo Barredo. La fiesta se caldeaba cuando salía la procesión por el prado de Les Felgueres y comenzaban a reventar los voladores en el alto. Una vez recogida la santa, se seguía con la subasta del ramu, que según recogía J. M. Pellanes "estos roscos eran amasados con escanda traída de Riosa y envueltos con manteca que mazaron los vaqueros del Lago de los Veneros en el Aramo". En ese intento de recuperación de la fiesta se realizaron incluso sueltas de palomas mensajeras a cargo de la Real Sociedad Colombófila de Mieres.

Se contrató alguna orquesta de música moderna para que los jóvenes bailasen, bajo un entoldado en el prado de "Les Felgueres". Pero también se pensó en los ya no tan jóvenes procurando que se escuchara música del país para que pudiesen bailar a su gusto al son de la gaita y el tambor. Pero el paso de los años hizo que esta celebración en los altos de Polio se fuese olvidando.

Hoy el sector de la minería está agonizante y es casi historia en la comarca, pero aún así, sigue presente en el sentir y en el corazón de los mierenses que este domingo, como cada año, honrarán a la patrona de los mineros, recordando los años de bonanza en la comarca. La minería ha sido un estilo de vida. Una actividad que, más allá del ámbito estrictamente laboral, se ha extendido por el resto del tiempo de los mineros y sus familias. La comunidad minera está así fuertemente condicionada por la actividad extractiva que determina con cierta contundencia su ideario, creencias y relación con la muerte.

Con todo eso en la memoria y a pesar de la que está cayendo, debemos de ser positivos y seguir luchando para sobreponernos, adaptarnos y revertir la situación de esta realidad que nos han arrebatado sin darnos ninguna alternativa a cambio, engañándonos con falsas promesas y bonitas, pero huecas, palabras. ¡Feliz Santa Bárbara a todos!

Compartir el artículo

stats