Cada vez truena menos cuando llega Santa Bárbara. Y lo hace en sus dos posibles acepciones: por el otoño benigno y por la desmovilización social y sindical. Son tiempos de fiesta en las comarcas mineras, aunque no haya mucho que festejar más allá de la mera gana de folixa, que nunca sobra. Es encomiable el esfuerzo de asociaciones como la "Santa Bárbara" de Mieres, que cada año organiza un excelso programa de actos. Y da muestra de que hay muchas cosas que funcionan en las Cuencas, buena parte de ellas en manos de asociaciones y entidades sociales, y debe ser un motivo de orgullo y un acicate. También puede ayudar a la reflexión el silencio de esta Santa Bárbara sin truenos. Para repensar el camino a seguir con una minería con fecha de entierro y una reactivación fallida. El impulso de esta sociedad que busca sin desaliento un futuro con nuevas iniciativas es un buen motivo para festejar, aunque no truene.
