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Desde mi Mieres del Camino

Paxío, un pueblo aglutinador de iniciativas

Los vecinos de la localidad mierense han convertido su centro social en un referente, con la piscina como punta de lanza

Hablar de Paxío, pueblo ubicado en la falda del Llosorio, obliga a cantar sus excelencias naturales y las mejoras logradas por sus habitantes durante un largo tiempo. Y todo podía quedar un tanto disimulado, si no fuese porque la operación, pionera a todas luces en la comarca, y posiblemente en el territorio asturiano, se inició en la década de los sesenta, cuando, por azares de la rebeldía de una sociedad, la española, cansada del franquismo, iniciaba lenta pero inexorablemente un duro caminar hacia la liberación a través de un proceso democrático, en el que, precisamente a esta tierra de la comarca del Caudal, le correspondió dar uno de los primeros clarinazos personificados en la "Huelgona del 62".

De todas formas, Paxío sigue representando aún el espejo fijo y auténtico de las realidades de entonces, con su complejo deportivo, incluida la primera piscina al aire libre que se construyó por iniciativa vecinal en la comarca. También el centro cultural donde sus gentes y de forma especial la juventud sigue elaborando por la emancipación personal a través de la cultura y las nuevas tecnologías.

Hubo un vecino de Paxío, por aquel entonces formando en las filas de una juventud madura, que posteriormente habría de jugar papel destacado en la política municipal y en los planes de promoción de otro área del concejo, la turonesa, a través de "Mejoras del Valle", que se convirtió en eje principal, ideólogo y ejecutor del plan de promoción de su pueblo. Jesús Suárez Alvarez, nacido en la aldea, residente en Mieres y establecido como industrial de la sastrería en Turón -por fortuna hoy todavía con nosotros- fue, a través de una visión avanzada de los acontecimientos inmediatos y de los medios que comenzaban a situarse al alcance de la ciudadanía, el visionario que puso en marcha este proyecto de promoción de su pueblo.

Acogiéndose a la nueva normativa del gobierno español, ideada por el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, permitiendo los iniciales lances del asociacionismo, fue el primer presidente del centro cultural de Paxío, iniciativa que muy pronto se convirtió en tele-club, creando su biblioteca, clases de educación para adultos y en perfecta conexión con la Agencia de Extensión Agraria, con la puesta en escena de los cursos agrícola. Aún se podrían citar otros avances, pero todo queda perfectamente certificado con la construcción y puesta en escena de la primera piscina al aire libre de la comarca y su área deportiva, lo que le valió el título de uno de los primeros galardones de "Mierense del Año".

En el equipo de acción de esta primera etapa hubo participación amplia y decidida. A Jesús Suárez le siguió, en la presidencia, varios vecinos, destacando la labor, entre otros muchos, de sus escuderos directos, caso de Tino Paxío (así conocido popularmente), Charo Iglesias, Juan Díaz y Román González Y así una larga lista de colaboradores que mantuvieron la línea de actividad, convirtiendo al pueblo en ejemplo palpable de conquistas hasta entonces desconocidas. Y así fueron pasando los tiempos, con la juventud por bandera, hasta llegar el momento actual en que el pueblo de Paxío sigue formando parte, en primer línea, de las conquistas sociales y ambientales. Aunque otros núcleos del concejo alcanzaron también algunas de sus metas, puede decirse que, tras los relevos generacionales que se fueron produciendo al socaire del transcurrir temporal, Paxío sigue manteniendo hoy la tónica de plena actualidad.

Pero? ¿Quién mueve actualmente los hilos de esta especie de organización ciudadana? Sobre el papel existen dos plataformas, el propio centro cultural y la asociación de vecinos, aunque, en realidad, este último colectivo se encuentra perfectamente integrado en el primero, asumiendo así, a base de plena armonía, las acciones y los progresos de toda la comunidad.

La juventud sigue formando el primer eslabón de responsabilidades. Así se puede descubrir que la presidencia se encuentra en manos de David Merino que, si bien no es nativo del pueblo, su identificación, por vía de casorio, es plena y fructífera. Le acompaña como secretaria Ana Rodríguez, mientras que los asuntos de tesorería están en mano de Aurelio Suárez -este con más de veinte años en el cargo-, precisamente sobrino del que fue iniciador de todo este proceso Jesús Suárez. Les siguen, en la junta directiva, varios vocales y un determinado número de colaboradores. Es obligado citar en este capítulo, los mandatos anteriores de Juan Carlos Alba, más de diez años en la presidencia, y de Rodolfo Vázquez, también durante la década de los ochenta. Y un detalle que determina el verdadero sentido y razón de este proyecto, es lo que Tanto David como Aurelio, en calidad de portavoces, destacan y es nada menos que la importancia de una imperante y continuada "política de colaboración de todo el pueblo".

Estamos pues ante un fenómeno que, con la visión de la actualidad, quizás no arroje destellos de gran relevancia, pero visto desde la perspectiva de sus comienzos, responde a todo un fenómeno de difícil equiparación en los anales regionales. En estos momentos el Centro Cultural de Paxío cuenta con unos doscientos socios en actitud de acción permanente dentro de una programación que incluye clases de gaita, cursos de informática, cultura para las personas mayores, gimnasia en general y la organización de actos en torno al calendario anual de eventos festivos y de recreo como pueden ser las ya cercanas navidades y fin de año, los carnavales y otras fechas señaladas en el mapa anual de Mieres.

El complejo de la piscina, considerado a nivel popular como máximo exponente y bandera del pueblo de Paxío, amén de la excelente acogida por cuenta de asiduos visitantes, no solo de la zona mierense sino de las limítrofes e incluso de diversos lugares de Asturias, ha tenido la oportunidad, este último ejercicio, de algunas reformas y mejoras, aunque pendiente está una segunda fase para completar la plena actualización de su conjunto. Se realizaron importantes obras de reparación como las mejoras en su perímetro, obras en la zona considerada playa, actualización de los sistemas de depuración y controles reglamentarios. Mención aparte merece la construcción del denominado "chiringuito de la piscina", que permite aliviar un tanto la cafetería del edificio del Centro Cultural y el uso adecuado de los bañistas.

En fin que Paxío sigue siendo un pueblo tranquilo de esa ruta que comunica en núcleo central de Mieres con el valle de Cuna, a través de pueblos tan significativos como Seana, Espineo, Ribono, El Coxal y Viescas por la margen izquierda del río Caudal.

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