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A mi aire

El revoltijo que nos viene

El año se inicia con una subida de precios en los combustibles, la energía, la telefonía y el pan... eso sí, baja el Huerna

Se acabaron las fiestas, con el consabido remate de los regalos de los Magos. Aunque este día resulta propenso a sorpresas agradables en forma de detalles, pero tampoco está exento de alguna que otra desilusión. Bueno? se acabó toda la parafernalia de algo, que ustedes saben que, precisamente, no me entusiasma.

Lo más positivo, resulta que una buena mayoría de amas de "su casa", después de tanto trajín en la cocina, para tenerlo todo a punto, se pueden tomar breve descanso. Lo digo, porque supongo que el exceso de viandas propias de las fechas, toca época de recalentar, que no deja de ser más liviano.

El revoltijo que el mes de enero nos trae,no es otro que la espiral de subidas de todo tipo, aunque compensado con la "adecuación" de un 0,25 por ciento de las pensiones, que no llega ni a limosna, con lo cual la calidad de vida de millones de personas les hace ir despeñándose a la sima del recurso de "lo social" en su escala más baja.

La rueda de las subidas ya se va notando en nuestro día a día -se han dado prisa-; carburantes -que lo arrastran todo-, gas, electricidad, transportes, telefonía, o el pan, que cuando subía una peseta había manifestaciones, y ahora se multiplica la citada peseta por ocho. En contrapartida cuando crucemos el Huerna -cosa que, seguramente hacemos todos a diario-, nos ahorramos un pastón de nada menos que 25 céntimos, todo un detalle, sobre todo para los que repostan en lacomunidad vecina, evitando el mal llamado "céntimo sanitario" , que ,obviamente, hay que utilizarlo en plural. Simples ejemplos entre muchos más. Resaca gorda la que nos espera, pese a que los habituales excesos de las fechas, ya se van disipando.

La de ahora mismo, tiene su reflejo en los resúmenes de las tarjetas de cada cual, que no son Black, como las de los conocidos golfos, pues habrá que ir poniéndose en forma, y no precisamente en el gimnasio de turno, más bien apretándose el cinturón, a cuenta de lo que se viene encima, que no va a ser el conocido revoltijo llambión de las fechas, si no todo lo contrario.

A ver que pasa, pero feo, feo, ¿eh?

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