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A mi aire

Balance

Los propósitos para el nuevo año y los deseos incumplidos del que se terminó

Con el nuevo año, llegan los clásicos tiempos de "buenas intenciones", y toca hacer un poco de balance de este tiempo que se nos quedó atrás.

A ciertas edades, nos parece imposible la rapidez del paso del tiempo, justamente lo contrario en proporción de cuando éramos más jóvenes.

Buenas intenciones, que casi siempre resultan dejar a un lado cosas que se supone nos hacen flaco favor, como pueden ser dejar de fumar -aunque en esto ya se mejoró mucho-, hacer más deporte, perder kilos, controlar el alcohol, y decenas de cosas más, que por motivos variados no estamos felices con sus resultados finales.

Todo ello perfectamente razonado con el habitual "Añu nuevu, vida nueva".

Voluntad muchísima pero al final cuatro días justos unos, un par de semanas otros, y vuelta a empezar, pero, claro está, que lo que nos gusta, o atrapa, siempre es lo que nos fastidia, y no resulta recomendable.

En otro orden de cosas, algo no va bien en una región donde datos razonados de última hora, existen en nómina más políticos que médicos, dato sumamente preocupante.

Al igual que munícipes que se creen ungidos para llevar a cabo sus peculiares ideas, despreciando al resto de ciudadanos, con falta de respeto total a los que como ellos no piensan.

Seguramente va a ser que algunos "nunca la vieron tan gorda", o quizá aquello de "cuanto críen los felechos", términos que usaba mi difunta madre, para casos similares.

Uno también añadiría lo de "los piollos resucitaos".

Los ejemplos negativos a lo largo de este pasado 2016, resultan la mar de amplios, y en todos los sitios cuecen fabes, por lo tanto tiempo habrá para pormenorizar todas la gilipolleces cometidas por los responsables ¿? de turno. Que 2017 les vaya bien.

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