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Presidente de AGA (Asociación de Diseñadores Gráficos de Asturias) y socio de Think, diseño comunicación & + (Langreo)

Diseño, retos y futuro

Una definición y prospección de un sector pujante en la sociedad y la economía

Afronto estas líneas con la responsabilidad de escribir sobre un tema que paradójicamente no aparece mucho en los medios de comunicación. Invitado por los amigos de la asociación cultural Cauce del Nalón me atrevo a aportar una opinión sobre el tema de la mesa redonda que organiza mañana en la Casa de Cultura "Alberto Vega" de La Felguera: "El diseño y las industrias culturales en Asturias". Esta actividad se celebra gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Langreo y del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.

El diseño es una disciplina profesional que se encarga de mejorar la vida de las personas, ya sea comunicando hechos o valores, creando objetos, bienes y servicios.

Aunque comparte con el arte parte de su esencia y, sobre todo, algunas de sus herramientas, no es arte, sino que responde a necesidades objetivas que parten siempre de una demanda de un cliente.

El diseño es un trabajo por encargo, exclusivo, que ayuda a quien lo solicita a racionalizar procesos creativos y productivos, a diferenciarse, a establecer y divulgar lo que tiene o quiere vender, a darse a conocer y a posicionarse.

El diseño no es accesorio, sino estratégico, y sólo aquellas empresas e instituciones que lo conciban como parte de su estructura básica tendrán posibilidades de subsistir en el futuro.

La falta de estudios sobre el sector es uno de los problemas con los que nos encontramos para poder evaluar de forma eficaz su verdadera fuerza en nuestra región. Atomizado en pequeñas empresas y autónomos, concentrados generalmente en la zona central de Asturias (Oviedo, Gijón y polígonos tecnológicos o centros de empresa), podría sorprendernos su número y su capacidad de generar negocio. Si sumamos el diseño gráfico, el de producto, el de interiores, el sector audiovisual, fotógrafos y recientemente un dinámico sector del videojuego que cuenta ya con su propia asociación, los números tanto de empleo como de facturación podrían sorprendernos. En el Reino Unido todos estos sectores suman el 9,2% del PIB.

Salvando las distancias y extrapolándolas a nuestra realidad y a los tiempos de crisis que sufrimos, los números no tendrían por que ser muy diferentes.

Claro que España y, concretamente, Asturias se encuentran en clara desventaja respecto a otros países y regiones de nuestro entorno, que se benefician de unas políticas activas y continuadas de apoyo al diseño, al que consideran como un valor estratégico para el impulso de la actividad empresarial y el crecimiento económico, así como un valor sociocultural de primer orden, imprescindible para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

Aquí, salvo raras excepciones, estas políticas no existen y con un sector industrial cada vez más débil y envejecido y con escaso poder de emprendimiento, las perspectivas a las que nos enfrentamos no pueden ser muy optimistas.

Asturias, donde existen dos escuelas de Diseño que "aportan" al mercado varias docenas de jóvenes diseñadores anualmente, se convierte en una región altamente descompensada en relación al número y calidad de sus profesionales y las posibilidades reales de desarrollar aquí su profesión.

En una Europa que apuesta claramente por el diseño (www.designforeurope.eu) son grandes los retos a los que nos enfrentamos los diseñadores y las asociaciones que los representan, pero, sin renunciar a estas y otras exigencias, manifestamos nuestra firme decisión de seguir avanzando estableciendo sinergias con el tejido empresarial y con los diferentes agentes que reconocen el diseño como un valor económico y cultural imprescindible para el desarrollo de un país.

Esperamos cambiar opiniones sobre estas y otras cuestiones, reiterando nuestro compromiso de poner en valor la profesión y afirmar el valor del diseño como eje vertebrador de una sociedad que permita un triple desarrollo: económico, social y ecológico.

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