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Cosas de Duke

Marcelino M. González

¡Alerta!

Lo dijimos en estas páginas hace cuatro años ("Ruina") y no nos duelen prendas volver a repetirlo porque es algo que veo desde mi casa de continuo, que resulta una vergüenza para los samenses y que el día menos pensado puede darnos un disgusto de los gordos. Me refiero a los dos edificios contiguos ubicados en la calle Constitución, a la entrada de la ciudad desde La Felguera y haciendo esquina a la calle Fernández Rebollos. Inmuebles deshabitados desde hace más de una década y en los que figura un cartel de grandes dimensiones que reza "Próxima construcción", que ya en su fachada principal alberga raíces del grosor de mi muñeca procedentes de los arbustos que crecen en su techumbre que en algunas partes ya presenta hundimientos alertando de un peligro cierto de desmoronamiento. Al margen de ese peligro continuo hay que tener en cuenta que las inclemencias del tiempo (una nevada, fuertes lluvias o vientos) pueden desencadenar que ambos se desplomen y originen una catástrofe en sus inmediaciones.

Ahora que nuestro consistorio ha iniciado un plan para la demolición de inmuebles ruinosos del concejo no estaría nada mal que empezasen por éstos que son la viva imagen de una ciudad en el más absoluto declive. Cierto es que uno de ellos está catalogado y protegida su fachada por esos de Patrimonio del Principado que no ven estas cosas en Oviedo ni en Gijón, motivo por el cual el constructor no inicia la obras, dado el alto costo que supondría mantener esa fachada. Ni las iniciará en tanto el edificio no se descatalogue o se venga abajo. Me consta que al actual alcalde es algo que, en el aspecto urbanístico, le preocupa más que otras actuaciones. También se que esa misma preocupación estuvo en la mente de las dos anteriores regidoras municipales, pero los años pasan y el peligro sigue ahí, cada vez más cierto, cada vez más flagrante. Recuerden ustedes lo que sucedió con la antigua Plaza de Abastos y con el Teatro del Jerónimo González que, ni por asomo, estaban como estos dos inmuebles. De ahí nuestra insistencia.

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