En una democracia avanzada el pluralismo político garantiza la existencia de diferentes opciones ideológicas y, por tanto, que la ciudadanía pueda optar por diferentes alternativas para confiar la gestión de los asuntos públicos en funciones de sus intereses o prioridades. Para ello, el debate político, la confrontación de modelos y propuestas o la labor de la oposición, controlando y criticando la acción del gobierno, son esenciales.

Por desgracia, en Mieres el nivel del debate político es demasiado pobre y las aportaciones de la oposición apenas superan la fase del chascarrillo ofreciendo una triste imagen ante la opinión pública. Hace unos días tuvimos la oportunidad de comprobarlo con el último artículo del coordinador de la dirección provisional del PSOE en Mieres.

Rigor y solvencia son requisitos que se le deben exigir a cualquier persona que quiera participar en el debate público (o aspira a hacerlo). La hipocresía y la demagogia pudieron dar ciertos réditos en un pasado pero ahora resultan componentes altamente tóxicos para quien los utiliza. Afortunadamente la ciudadanía tiene más formación y un mayor acceso a fuentes de información para contrastar opiniones. Se acabaron los juegos de trileros de otros tiempos.

Comprendo que los miembros de la dirección provisional del Partido Socialista tienen una labor tan ardua como ingrata: recomponer su agrupación política tras el último debacle electoral supone una auténtica travesía en el desierto y si, además, tienen que poner la cara para intentar justificar la inaceptable estrategia de marginación del Gobierno de Javier Fernández con Mieres, la tarea se transforma en una auténtica penitencia.

Nos acusan de medias verdades y manipular. Nada más lejos de la realidad. Parece que alguien le ha obligado a poner la cara para intentar justificar lo injustificable y no ha visto mejor salida que hacer en público lo mismo que acusa a otros: mentir. Es evidente que no ha dedicado mucho tiempo a estudiar los papeles o que cuando no hay argumentos no se tiene el menor reparo en acudir a cualquier treta. Mezclar churras con merinas puede servir para intentar cubrir el expediente en un artículo pero no para sostener un debate público.

Izquierda Unida ha denunciado, está denunciando y seguirá denunciando la clamorosa falta de inversión del Gobierno del Principado en nuestro municipio. Y ponemos un ejemplo: la memoria de inversiones del presupuesto que presentó Javier Fernández en el parlamento asturiano contempla 160.000 euros para Mieres. Una cifra ridícula en comparación con la que obtienen otros municipios similares y claramente inferior a los 15 millones de euros que se destinan a Oviedo, los 7,5 millones para Gijón o los casi 6 millones para Avilés.

Los dirigentes del PSOE de Mieres pueden intentar justificar lo injustificable apelando a las subvenciones que financia la UE y que consigue el Gobierno de Mieres para poner en marcha proyectos de empleo, como también puede buscar la factura de la luz del hospital y centros sanitarios para recordar el gasto corriente del Principado en el concejo? Cada uno puede exhibir su falta de argumentos en público como considere oportuno, pero lo que no puede es negar la verdad.

La verdad es que en 2007 el Gobierno del PSOE aprobó más de dos millones y medio para el Centro de Salud de Turón y diez años más tarde sigue sin construirse.

La verdad es que ese mismo año también aprobaron 2,7 millones para el Parque Tecnológico de Figaredo que nunca se hizo realidad

La verdad es que un año más tarde el Principado se comprometió a remodelar de forma integral el Centro de Salud Mieres Norte y nueve años más tarde siguen sin cumplir la palabra dada

La verdad es que seguimos esperando por los accesos al Hospital Álvarez Buylla, por las inversiones en varios colegios públicos del concejo, por el fin del abandono de auténticas joyas del patrimonio industrial como el antiguo Hospital de Bustiello (propiedad el Principado y abandonado a su suerte desde hace años), por no hablar de la falta de compromiso del Principado con el desarrollo del Campus de Mieres o la falta de diligencia en la descontaminación urgente de los terrenos de la antigua mina de mercurio de El Tarronal.

La verdad es que las listas de espera en el Hospital cada vez son mayores, que falta personal en los turnos de noche y que ahora, con el falso argumento de una fusión de áreas, en vez de recortar altos cargos lo que reducen es la cobertura sanitaria que reciben los vecinos de toda la comarca, obligándoles a ir a Langreo para recibir la atención que antes recibían en Mieres.

La lista de incumplimientos del Gobierno socialista en Mieres es más larga que la de los reyes godos. Son hechos, no palabras. Son realidades, no opiniones. Y ante esta situación, tan absurda como intolerable, los dirigentes de la dirección provisional del PSOE han renunciado a tener personalidad propia y la dignidad política necesaria como para enfrentarse a la FSA y ser los primeros interesados en poner fin a esta estrategia de marginación. Si el PSOE piensa que va a recuperar la alcaldía cerrando los grifos de la inversión autonómica es que no ha aprendido nada de la dramática lección que le han dado las urnas en 2011 y 2015.