El noroeste de España está marginado en infraestructuras. Lo dicen un conjunto de patronales empresariales y Cámaras de Comercio de Asturias, Cantabria, Galicia y León, poco sospechosos de ser unos peligrosos radicales populistas. La denuncia empresarial ha provocado el movimiento del Ministerio de Fomento con la afirmación de que la conexión ferroviaria con el Noroeste es prioritaria, faltaría más. Aunque sólo sean unas rayas en un mapa sin asignación presupuestaria alguna. Ahora se pedirán 45 millones a Bruselas. La marginación de esta esquina de España no es nueva. Puede demostrarse con datos, y con todos los gobiernos, frente a la prioridad que siempre supuso el eje mediterráneo. El Noroeste tiene el dudoso honor de ser la última zona española en acabar tanto la Autovía del Cantábrico como la de Galicia, y con más trazados ferroviarios de Alta Velocidad pendientes. Ahí están los túneles acuáticos de la variante de Pajares como mero ejemplo.
