Como en cualquier orden de la vida, la convivencia entre personas, o en este caso los integrantes de los partidos políticos, si no hay panchón, todos discuten, y todos tienen razón.
Lo que hasta la fecha parecía un tanto calmado, y a la espera de acontecimientos, entran en ebullición a cuenta de los congresos cercanos, donde todos ellos van tomando ya posiciones
La serenidad, y la cortesía, brillan por su ausencia, con comportamientos que dejan que desear en personas, que se supone, deberían tener un mínimo de educación.
Ya tenemos aquí las batallitas de ideas, agresividad, descalificaciones, o sacar a relucir la porquería que cada cual tiene guardada en su congelador, para filtrarla, o restregársela, a su "compañero" de filas. Todo ello para sacar rédito, o máximo provecho, por si le pisan el chollu.
¡Al suelo, que vienen los nuestros!, solía decir el ministro Pío Cabanillas, a cuenta del peligro que generaban los propios. Todo muy gráfico, para explicar ahora mismo lo que sucede en los grandes partidos -los que se reparten el panchón- a cuenta de sus próximos congresos.
Los socialistas con convivencia problemática entre dos corrientes. Podemos, y sus marcas, en puertas de Vistalegre II, con pinta de calentito, y tres sensibilidades enfrentadas. En cuanto al PP, la aguas parecen un tanto más tranquilas -el poder une mucho-, aunque en Asturias lo de estar "como una maniega" que no se lo tomen a chunga.
Las teorías, y las falsas poses idílicas, se van por el sumidero, con enfrentamientos a cara de perro, entre una buena mayoría de ellos, con heridas imposibles de cicatrizar, amén de muchos damnificados que creían que no les llegaría el momento de irse, muchos por la puerta falsa.
Al final, la gloria y el poder -con lo que eso conlleva- para los unos, y la desilusión para el resto, amén de la perdida del todo. ¡Con lo que yo hice por el partido! Contarán a todo el que les quiera escuchar, pero lo que les duele, es que ya ni en la "pedrea" van a estar.
