Si hay 700 personas que aspiran a un trabajo, el empresario contratará a la que acepte un salario de 600 euros. Es la ley de la oferta y la demanda. La realidad en toda su frialdad y crudeza quedó impunemente desnuda ayer, en Valnalón, con esta respuesta de la representante de la Federación Asturiana de Empresarios a una joven aspirante a un empleo. Se pide formación, idiomas, másteres, actitud, dedicación y también dos güevos duros, que decía Groucho Marx. Todo por el módico precio de no tener para vivir. No parece una ecuación que dé como resultado el sentido común, al que tanto apela Rajoy. Es la consecuencia de una crisis que dicen está en el carril de salida sobre el impulso de la desigualdad, la liquidez de una sociedad tan volátil como insegura y la emigración de las generaciones mejor formadas, que son bien recibidas allende nuestras fronteras, como única y digna salida. Es la indeseable realidad.