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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Azuzar temporales

Es difícil que las reivindicaciones de los empleados municipales de Mieres encuentren respaldo fuera de las paredes del Ayuntamiento. Seguro que tampoco será algo que les preocupe desde su particular atalaya. Quieren volver a disfrutar de una jornada laboral de 35 horas, que ahora no permite la normativa laboral. Rajoy impuso las 37 horas y media. Así están las cosas. El gobierno de Aníbal Vázquez no puede incumplir la ley, le guste ésta o no, y se mantiene inflexible. Tengan alguna razón o ninguna los trabajadores municipales mierenses, como el resto del funcionariado, será complicado que encuentren comprensión. En una sociedad tan insegura, desigual y empobrecida como la que deja esta crisis sin final, ellos son los que terreno más firme pisan. Y esa certeza les confiere hoy, a la vista general de los ciudadanos, una situación de privilegio que si se pretende mejorar parecerá aún más injusta, sobre todo si es intentando retorcer unas normas laborales que rigen para todos. El filósofo Zygmunt Bauman definió como "líquida" esta época inestable. Y no es momento de azuzar temporales.

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