La música, como casi todos esos fenómenos que pululan alegre y festivamente por la historia de los pueblos, dejando un poso determinado y escribiendo con el estilo de la época el acontecer de ese discurrir más o menos armonioso de un tiempo, tiene sus puntos fuertes, sus huellas inconfundibles. Y la década de los sesenta marcó la línea inconfundible de un estilo que aún hoy mantiene importantes restos de su personalidad. A Mieres, con todos sus sacramentos, llegó también la onda, despertando una inquietud juvenil que relegó, a un segundo plano, los ecos de otras etapas anteriores.

Si bien, de unos años antes, como señal del pasado a principios de los sesenta, aún se mantenían notas tan tradicionales como el tango, pasodoble o boleros. De golpe estalló la bomba de "The Beatles" de Liverpool y "The Rolling Stones" de Londres y el panorama se abrió, al igual que un abanico, impregnándolo todo de una forma tan novedosa que despertó de un largo letargo las tranquilas aguas de la música serena y acompasada. Había nacido el rock and roll mezclado con el pop. Como era de esperar, Mieres sintió fuerte el aguijón del estampido. Y la juventud, deseosa de asimilar la novedad, se puso en marcha, rompió moldes y, al igual que en otras localidades, surgió el "desmadre" de rasgar las guitarras electrónicas acompañadas por la percusión que también se salía de tono, y la nueva corriente se dejó llevar a los ambientes juveniles para dejar santo y seña del invento.

Indudablemente en ello también influyó, por ley natural, el acontecimiento, llamémoslo revolucionario, de los sucesos del mayo parisino de 1968, cuando también se rompió el hilo -parece ser que ya débil- de la contención rebelde juvenil, para eso, romper amarras a través de la protesta pública y masiva. Se podría decir que todo vino al son de una "llamada" histórica.

¿Quién rompió el fuego del naciente movimiento? Sin duda alguna, aquí en Mieres y antes de la revuelta estudiantil de la Sorbona francesa, lo pusieron en escena los "Master Soul" en el propio 1960. Es decir, pioneros en todo, a saber, de aquellos acontecimientos que adornaron la década. Fueron fundadores Julio César, Andrés, Juan y Arturo Baquero, los cuales revivieron éxitos y añoranza treinta años después, con motivo de una simpática y hasta emotiva conmemoración a modo de homenaje con su actuación dentro del programa festivo de las patronales de San Xuan en 1997 bajo el título de "Grupos de Antaño" y después de una vigencia de catorce años (1060-1974).

Le siguieron los "Dos + Dos", un grupito del que se encargaron de estrenar los Nogal, Mon, Beti, Nesti y Emilio. Luego entrarían en juego, dentro del propio colectivo, Cuqui, Moro, Pedro Bastarrica y la cantante allerana de moda Rosa María Patallo. También ellos pusieron su nota nostálgica en la conmemoración especial de 1997 dentro de las fiestas sanjuaninas, siendo precisamente Nogal, Mon, Beti y Nesti los encargados de reverdecer laureles tras una corta estancia musical de principio, desde 1962 a 1967 que, posteriormente, tuvo nuevas y valiosas apariciones. Casi rompiendo filas al unísono aparecieron los "Junker" en el año 1963 con Manolo, Luis, Quique y Roberto, quiénes duraron prácticamente una década con las incorporaciones del cantante Félix Lobato y los músicos Garrido, Vicente, Roberto, Isidro, José Esteban, Baquero, Bernardo y José Ramón. Para la ya comentada ocasión festiva de 1997 formaron vanguardia Quique, Nardo, Roberto Alonso, Javier, José y Roberto Díez.

Hay que trasladarse a 1965 para que surja con toda su fuerza otro de los grupos estrella, los "Blue Star" que estuvieron en pantalla, pero con fuerza, nada menos que otros catorce años hasta 1979, siendo rompedores del cotarro los David Valverde, Lito, Ricardo Morán, "Cuqui", Aquilino, César Marful y Emilio Cuende, quiénes posteriormente contaron con el concurso de David, Mon, Cholo Juvacho -¡nada menos que el internacional Cholín! - Luis Victorero, Tuni, Beti, Isidoro, Susi, Pedro Bastarrica, Alfredo, Gabi, Paco, Roberto Nogal, Cuqui Alonso, Carlos Blanco, Aquilino, Ángel Millán y Ramón del Llano (otra genial incorporación). Para su despedida romántica de las fiestas patronales contaron con Lito, César Marful, Tuni, Cuqui, Carlos, Ramón del Llano y Aquilino.

Carismáticos fueron también los "Teddy Boys" nacidos en 1968 y vigentes nueve años más con fundadores de tanto renombre como Amador, Julio, Poldo, Cascallana, Ramonín y Tini, siendo reformado el equipo en su discurrir por los José "Pepiño", Morán, José Manuel, Daniel, Roberto, Luis y Chuso. Para darle realce a la cita conmemorativa del homenaje tuvieron a bien actuar Dimas, Ramonín, Roberto, Pepiño y Tini. Un año más tarde y con fuerza entran en juego los "Grajos" que mantuvieron el tipo desde 1969 a 1975, siendo precursores Daniel, Pedro, Chus, Pepiño, Agüero, Michel y Pepito, ofreciendo su colaboración para el festival conmemorativo Daniel, Pedro, Chus, José Ruibal y Agüero.

A la par, con parecido temple, asoman por la ventana de la gran novedad los "Gland Stone", donde nos encontramos como iniciadores a Roberto "Requejo", Miguel Ángel "Vela", Tonín, Juan Luis "Liru", Mon, Julio José "Tote, Perianes y "El Cartero". Salvo los dos últimos, pero reforzados por Jesús Barreiro y Jacinto Jiménez, tienen a bien prestar su colaboración para el gran acontecimiento de los treinta años de éxitos de la nueva música en el portal de las fiestas del patrono de Mieres. Y por fin se cierra el álbum con la llegada al firmamento local y musical de "Caifás" allá por 1975 y con una vigencia de siete años. Lo ponen en escena Daniel, Tini, Roberto y Juanín, con la incorporación posterior de Chuso y Valentín. Para tan esperada novedad de San Xuan en el 97, salen a escena Daniel, Roberto, Juanín y Valentín.

Se podrían decir que aquí se cierra, con siete llaves, una etapa inolvidable de música revolucionaria, eso sí, dando paso a posteriores "invasiones" que, evolucionando con los tiempos, los llevan al actual, del cual ocasión habrá de lanzar sus campanas al vuelo. Sin embargo es muy posible, y desde luego positivo, que otros muchos intentos de plasmar y recoger el genio de aquella época, hayan surgido de la inquietud juvenil y que, por exigencias propias del trabajo informativo basado precisamente en la recordada crónica de hace veinte años quedarán en el tintero. Sirva pues el testimonio de quiénes protagonizaron aquel encuentro de "grupos de antaño" para recordar la andadura de todos los que dejaron huella inconfundible de un discurrir musical, mezclado con la épica de una rebeldía juvenil rompiendo amarras que quedó señalada en el mapa histórico con los sellos inseparables de la singularidad y el reconocimiento inamovible.

Si los "Beatles" y los "Stones" pusieron marca de la casa en los inolvidables sesenta, antes ya había surgido clarinazos de la rotura de amarras para una juventud que pedía paso sin condiciones y que encontraron en los ingleses el punto de inflexión necesario para embarcarse en una aventura que ya no admitía más escalas portuarias.

Queda por añadir con toda justicia que, como pincelada del tiempo que se quedaba atrás pero con muesca histórica imperturbable a la efeméride del concierto conmemorativo se sumó la inolvidable orquesta "Royal", que habían fundado en 1953 y con toda una larga andadura por delante Rafael Veses, Cascallana, Pepe Porras, Rogelio y Cuende, con el añadido posterior de Ángel Martín, Enrique Álvarez, Galindo, Gervasio Paredes, Gregorio Lillo, Gregorio Flores, Ricardo "Cuqui", José María, Antuchu, Roberto, Luis, Garrido, Ángel y algún etcétera más. Para tan escogida ocasión estuvieron los Veses, Ángel, Paredes, Gregorio, Lillo, Ramón del Llano, José Manuel y Cuqui. El parque Jovellanos sigue ahí, veinte años más, dejándose "ver" cada vez que surge el clarinazo de unas fiestas. Hace tres décadas fue marco ideal de u n tiempo convertido en concierto musical para testimonio de un clarinazo juvenil que dejó huella.