La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A mi aire

Nublarnos la vista

Igual puede ser pura coincidencia -lo dudo- pero cada vez que se destapa un escándalo de los gordos, básicamente de todos los corruptos que pululan por este país, misteriosamente surgen a la vez varios más, con lo cual tanta mierda junta hace que se difuminen entre sí. Días hay en que se nos nubla la vista con todo lo que se nos ofrece, tanto, que llega a ser asfixiante.

Ejemplo existen a patadas para nuestro "entretenimiento", como puede ser que a la par de la sentencia del dúo Torres & el Urdanga, ¡oh milagro!, coincida con la de otros famosos, Blesa &Rato y sus mariachis, el pederasta de Leganés o el fregao de algún Fiscal Anticorrupción poco propenso a seguir determinadas líneas.

Todo a la vez metido en una batidora para que el personal se entretenga con lo clásico de galgos o podencos, mientras la vida sigue igual de bien? para ellos.

Resulta imposible no se encabronar a diario, pues inexplicablemente llevamos tiempo a la espera en Asturias de ver en qué coño quedan los sobrecostes del Musel, los trafuscos del Niemeyer, el soterramiento de Langreo, el culebrón del Stefhen Hakwing, maese Villa, los cursos de formación o el caso Marea, que con las olas gigantes que hubo este año, no hay modo de que lo barran?

Como cualquier ciudadano de a pie, no por ser lego en algunas cosas, no puedo dejar de pensar que parece lógico que cuando se contratan obras por cientos de millones lo coherente parece que todo quede meridianamente claro en los contratos. Pues no, al final todo se multiplica -igual ya estaba pactado- e indefectiblemente lo pagaremos a costa de nuestro impuestos.

Pero nadie le quiere meter mano a todo esto, así que tengo dudas razonables del porqué.

Cachondeo, sentenció en su momento Pedro Pacheco, al referirse a cosas que no le gustaban en su época de Alcalde de Jerez, y ahora mismo la frase sigue en plena vigencia, corregida y aumentada, a todos los niveles que nos podamos imaginar, con el matiz de que el tiempo pasa, todo empeora, y seguimos viviendo en el país en el que nunca ocurre nada, y les "oveyes" a seguir tragando les indicaciones del pastor de turno. ¡Algún día tendrá que reventar! Pero ya tarda.

Compartir el artículo

stats