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Desde mi Mieres del Camino

"Camín de Mieres", una asociación al estilo actual

Un colectivo que busca la participación de la juventud en la organización de actividades en el concejo

Indudablemente hoy toca "jugar" un poco con las frases y el contenido de "Desde mi Mieres del Camino" y "Camín de Mieres" que forzosamente han de encabezar esta crónica, partiendo del sempiterno epígrafe de nuestros planteamientos periodísticos, para ahondar en el espíritu y filosofía del naciente movimiento que inicia su andadura desde la expectativa de un título harto conocido "Camín de Mieres", pero con un fondo que, sin duda alguna, ha de despertar, al menos, la curiosidad de un segmento de población actual en esta propia casa, que últimamente apenas se daba por aludida, la juventud, o llámenle ustedes las nuevas generaciones. Y, si no, pasen y vean.

Pese al enfoque de su modernidad, basada principalmente en el empleo de las redes sociales para mover los resortes de una inquietud colectiva, no aparecía, en el firmamento mierense, una corriente de identificación con las nuevas tecnologías y enfocada principalmente hacia esa parte vital de su población, la juventud y por añadidura las nuevas generaciones que se irán incorporando, a pesar de que, por el negro ocaso de un desfonde casi total de actividades industriales y como consecuencia de la inexistencia de empleo, la debilidad, en cuanto a envergadura de número, ha hecho mella y el despoblamiento juvenil, en forma de forzosa emigración, ha dejado un hueco inquietante. De todas formas el clarinazo que hoy nos ocupa tiene su importancia.

Ante la mesa de trabajo del cronista, Mar Montero y Borja Menéndez, ambos de la casa y de familias conocidas. Son jóvenes y como tal se presentan, la primera como presidenta del naciente movimiento cultural, el segundo como una especie de coordinador y orientador de actividades. Y ambos son valederos y auténticos de la Asociación "Camín de Mieres". De hecho ya existió, con anterioridad, un viento local con idénticas siglas que duró varios años pero que, con la influencia de una personalización acentuada, se fue diluyendo en su propia dinámica hasta desaparecer.

Hoy, con el sello de una actualización de medios y de objetivos, nos place presentar al nuevo movimiento denominado Asociación Cultural "Camín de Mieres", cuya vigencia de acción dispone sólo de seis meses de existencia pero que ya ha dejado síntomas inequívocos de su poder de atracción. A través de su presidenta, Mar Montero, y su equipo, han sabido partir, a modo de homenaje de reconocimiento, de la huella si se quiere revolucionaria que dejó, tras de sí, la que fuera directora del Instituto Bernaldo de Quirós, Carmen Díaz Castañón, en una época excepcional en torno a la cultura y las artes, con apuestas fuera de las propias aulas del centro. Precisamente su dinámica parte de aquella efeméride que hizo desfilar, por las instalaciones del entonces único instituto de Segunda Enseñanza, a tantos y tantos personajes de las letras y las artes que pasaron por su tribuna abierta al pueblo de Mieres. Baste el detalle de que, aparte de este reconocimiento hacia la figura de Carmen Castañón, han organizado ya varias actividades de cara a la galería, como fueron, entre otras, un "coloquio sobre mujeres de la Generación del 27" y la "mirada geográfica a través de Venezuela", sin el menor ápice de tinte político.

Y en estos momentos acaban de finalizar las jornadas de montaña, con presencia, tal como ocurrió en las anteriores citas, de personalidades de cada sector, seriamente cualificadas y comprometidas.

Según Mar Montero -que, dicho a tiempo, es hermana del conocido historiador local Alberto Montero-, el nuevo viento ha despertado intereses que estaban un tanto dormidos y aunque la destinataria principal de este empeño sea la juventud local, muchos otros habitantes de la villa se han sumado a la iniciativa y en estos momentos ya señalan el número de ciento diez socios, pudiendo todo interesado adquirir tan condición con el abono anual de quince euros en la sucursal de Caja Rural ubicada en la calle Carreño Miranda.

Aunque todo lo expuesto hasta ahora tiene gran importancia, falta el anexo vital de este nuevo intento de revitalizar la actualidad cultural de un pueblo bastante adormilado y acostumbrado a la cultura empaquetada. Y de los instrumentos y filosofía de la asociación se encarga de exponerlos Borja Menéndez: "Las transformaciones sociales y tecnológicas de las últimas décadas garantizan el suministro a las clases populares de contenidos culturales en número y variedad jamás visto. Un suministro, por otra parte, individualizado que alcanza a la población a través de una multiplicidad de dispositivos proporcionados a la escala corpórea como son "smartphones", "tablets" u ordenadores portátiles. Dispositivos a los que se unen las plataformas de intercambio "P2P", los servicios de "streaming" de contenidos audiovisuales sujetos a "tarifación plana"; así como la generalización de los medios para el quebrantamiento de los derechos de propiedad intelectual, cualquiera que fuera el juicio que nos merezcan tales prácticas.

Si es ello cierto para la población en general, los mencionados fenómenos alcanzan especial intensidad en lo referido a los "nativos digitales" de las capas juveniles de la población, para quienes la misma televisión ha dejado de ser el medio por antonomasia de acceso a la cultura. Medio éste, por otra parte, que está en pleno proceso de transformación hacia un artefacto de nuevo tipo, con las consecuencias que está teniendo ello para sus hábitos de uso.

En tales condiciones, las clases populares disponen de cuantos contenidos culturales puedan desear a precios que tienden a la gratuidad; al tiempo que, en la práctica, se ven sujetas a un número cada vez más reducido de operadores capaces de imponerles, en general, formas culturales cada vez más homogéneas, pobres y acríticas.

Por todo ello, la Asociación Cultural "Camín de Mieres" nace con la convicción de la necesidad de profundos cambios en las prácticas, objetivos y estrategias de las entidades culturales. Cambios que les permitan adaptarse a esas nuevas circunstancias con el propósito de seguir promoviendo la construcción colectiva de una cultura popular de carácter emancipatorio y contrahegemónico.

Unos cambios que habrán de incluir la adopción de formatos, contenidos y medios de participación en las actividades asociativas proporcionados a la nueva situación y dirigidos a engranar con los códigos culturales de los estratos de edad que han perdido la cultura en ellos. Pero que, sobre todo, habrán de orientarse a la redefinición del papel de las asociaciones culturales como instrumentos que permitan pensar colectivamente los problemas, conflictos y modelos de desarrollo de los territorios compartidos por las clases populares en su convivencia cotidiana.

Tareas todas ellas que, "si bien se han de realizar desde el propio territorio y para quienes lo habitan, exigen el desbordamiento del mismo mediante la integración en redes plurales de entidades construidas de abajo arriba, sea por contigüidad o semejanza. Redes que permitan compartir experiencias, iniciativas y planteamientos desde los que contribuir a los propósitos contrahegemónicos y emancipatorios señalados. Y ello sin olvidar todas cuantas actividades lúdicas o deportivas permitan tejer los lazos comunitarios necesarios para implementar las líneas de actuación práctica que las reflexiones mencionadas indiquen".

En escena del panorama general de Mieres, tenemos pues otro empeño que, bajo los auspicios de nuevas y actualizadas formas, intenta abrirse camino precisamente como atractivo directo al corazón de una facción humana que permanece, en un elevado porcentaje, ajena a la coyuntura actual de la cultura y las artes, pero que en el presente caso se encuentra "arrastrada" por los propio cordones que alientan sus designios en estos momentos, a saber, los dispositivos de las redes sociales.

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