La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde mi Mieres del Camino

El tren turístico de Mieres a Morcín

El proyecto apadrinado por la asociación "Los Averinos" ha encontrado un inesperado rechazo vecinal en Loredo

Sin ánimo de posicionar la opinión ni buscar enfrentamientos, pero sí promover una análisis de la cuestión, viene hoy a la tribuna expositiva de LA NUEVA ESPAÑA la alternativa de un tren turístico entre Mieres y Morcín a través de la senda que en su día ocupó el transporte de hulla desde las instalaciones morciniegas del Pozo Montsacro y las mierenses de La Pereda a través del pueblo de Loredo. A primera vista existe una actitud de defensa de la Asociación "Los Averinos" del propio Loredo, movimiento éste que viene promocionando actividades de acción colectiva a favor del pueblo. Y por otra el movimiento vecinal que ha dejado constancia, ante el Ayuntamiento de Mieres, de su oposición, limitando el proyecto a la simple senda andarina que existe actualmente.

Demostrado está que Mieres necesita precisamente eso, abrir caminos hacia objetivos concretos de defensa de sus intereses abatidos, casi en su totalidad, por las decisiones administrativas del desmantelamiento siderúrgico y el cierre de explotaciones mineras. Y es, precisamente, la visión turística la que abre un determinado plus de posibilidades con vistas a mejorar, o al menos, conservar, lo poco que le queda a este concejo. En esa línea está el quehacer de "Los Averinos", asociación presidida por uno de los nativos del pueblo, el técnico jubilado Celso Suárez, que trabajó en Hulleras de Riosa y hoy mantiene una actitud de trabajo y dedicación en defensa del concejo, partiendo de las posibilidades de su cuna de nacimiento, es decir, el pueblo de Loredo, reafirmadas, en su más certera opinión técnica, por el director del Museo del Ferrocarril de Gijón, el también mierense Javier Fernández . Estas que vienen, a continuación, son, en síntesis, algunas de sus conclusiones:

En realidad "Los Averinos" pretenden, en la palabra de su presidente, puntualizar algunas cuestiones. Y dice Celso Suárez que "la idea del ferrocarril turístico no es nueva, ya que desde hace cuarenta y siete años que cesó su actividad carbonera, se sucedieron varias iniciativas y proyectos que, por diversas causas quedaron en el olvido".

En fecha del 11 de enero de 2015, Javier Fernández, director del Museo del Ferrocaril -a quien "Los Averinos" desean felicitar por su nombramiento como "Mierense del Año"-, junto con un grupo de amigos, colaboradores del Museo y componentes de la asociación, visitaron y recorrieron la senda de propiedad municipal entre La Pereda y Peñamiel. Dado que el documentado Javier Fernández conoce la mayoría de los ferrocarriles turísticos de Europa, puso en conocimiento de todos que el trazado entre las localidades citadas, su paisaje y su agreste naturaleza, podían contribuir a un proyecto turístico de los mejores y él mismo se ofreció a realizar un estudio sobre su viabilidad, cuyas conclusiones expuso, en octubre, en la Casa de Cultura de Mieres, ante la presencia de representantes municipales de este concejo y también de Riosa y Morcín, así como de un numeroso público. Al final del acto todos los asistentes manifestaron su aprobación y apoyo a la realización del proyecto.

Tras la publicación de la noticia en los medios de comunicación, la Junta Vecinal de Loredo, que no había asistido al acto, acude al Ayuntamiento de Mieres en busca de información, que le es facilitada por el propio Javier Fernández, promotor del proyecto. No conformes con ella, se oponen al compatible plan con la actual senda e inician una recogida de firmas para entregar en el Consistorio mierense. Pasado un tiempo y consultadas varias asociaciones de este concejo relacionadas con su pasado industrial y minero, aunque apoyan el proyecto, entienden que se debe respetar la opinión de los vecinos de Loredo, "y la ilusionante iniciativa queda pues nuevamente archivada al no poner, el Ayuntamiento de Mieres, el calor necesario en su defensa".

"Este rechazo -asegura Celso Suárez en nombre de 'Los Averinos'- trae a la memoria la tremenda equivocación cometida en Mieres con el Museo del Ferrocarril en los años noventa, hoy felizmente instalado en Gijón. Loredo es nuestro pueblo y duele ver su despoblamiento, las viviendas vacías que a nadie interesan, el envejecimiento de sus gentes, la ausencia de nacimientos y la dependencia de unas pensiones amenazadas y con fecha de caducidad. Todos nos preguntamos qué se puede hacer y encontramos difíciles respuestas. Tenemos poco sol y no somos mediterráneos. En épocas anteriores se fijó una población dependiente de la agricultura y ganadería que, poco a poco, se fue abandonando para ser sustituida por otra industrial y minera. Hoy no tenemos ninguna de ellas y solo quedan restos y recuerdos. Los pueblos también se mueren y tratar de evitarlo es cosa de todos".

A partir de aquí el planteamiento de "Los Averinos" es determinante en sus conclusiones. Y dice: "Los recursos turísticos fueron y son tabla de salvación en la decadencia de pueblos y ciudades. Dejar pasar esta oportunidad sin un concienzudo estudio será un gran error que lamentar durante largo tiempo". Y los argumentos de esta asociación son claros y diáfanos: "Loredo tiene mucho que ofrecer, mil años de historia aportan alternativas para enseñar y contar: la etnografía, la industria, restos industriales, la lucha contra el francés, la flora y la fauna, y la gastronomía, junto con el retablo barroco de su iglesia, pila bautismal, sus imágenes, y con ello el paisaje, la vegetación y la compra de su independencia en el último cuarto del siglo XVI a la Catedral de Oviedo. Todo ello son recursos para ser explotados".

Y en su final "Los Averinos" son concluyentes: "Nuestra asociación cree en los beneficios del proyecto alumbrado desde Gijón, el cual, racionalmente planificado y explotado, ayudaría a dinamizar la vida de los pueblos de este concejos y los vecinos de Riosa y Morcín, tan necesitados tras el cierre del Pozo Montsacro. Una visión de este tipo, de tal envergadura que goza del apoyo y experiencias similares en varios ayuntamientos y sociedades relacionadas con el pasado industrial y minero, no debe tambalearse ni dejarse cuestionar sin análisis más profundos. Todos tenemos derecho a opinar pero también, en ocasiones, quedamos prisioneros de nuestros propios errares".

He aquí una cuestión que parece alcanzar dimensiones de envergadura, de cara al planteamiento y al futuro de un ambicioso proyecto turístico que, indudablemente cambiaría muchas cosas.

Compartir el artículo

stats