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A mi aire

Buscarse la vida

El paro sigue siendo la primera preocupación de los españoles, cosa por otra parte lógica, y aunque se observe cierta mejoría, sus funestos efectos siguen atormentando a millones de ciudadanos. Por lo tanto, los afectados deben de buscarse la vida, pues tanto ellos como las familias a su cargo, además de otras necesidades, necesitan comer a diario. Los que ya lo empeñaron todo tienen que ingeniárselas para sobrevivir malamente. A la par de las necesidades acuciantes surgen nuevas ofertas un tanto extrañas, simple muestra de cómo está la cosa.

Las demandas de trabajos para las que antes deberíamos tener "enchufe" para no esperar eternamente, ahora te las hacen en un pispás y tienes a tu disposición profesionales de cualquier tipo. Son trabajadores que de ser considerados de elite han pasado a postularse para lo que pinte. También abundan los que podríamos denominar "chapuzas orquesta" que tocan todos los palos. No deja de ser un modo de buscarse la vida como sea.

Otra muestra más son las tiendas donde todo lo que se vende son objetos de segunda mano: ropa, muebles, electrodomésticos?. Un tanto diferente de aquello de "vendo traje de primera comunión o de novia, en perfecto estado".

Siguen existiendo muchas necesidades en una amplia capa de la población. Son gentes que en un plazo corto de tiempo se dieron de bruces con la pobreza y a diario tienen que comerse el coco para seguir tirando.

A uno le recuerda al Portugal que hace muchas décadas conoció, con una clase social alta y una baja casi extrema. Por aquí da la impresión que la clase media, que es la que hace funcionar el país, parece estorbar, y permanece constantemente en el filo de la navaja asfixiada con tantos impuestos.

Y aunque ahora la estampida de la folixa de Semana Santa, que de santa ya no le queda nada, aparenta que todo va bien, la realidad es que los comedores sociales -de Cáritas, Cruz Roja...- no dan abasto y por las esquinas ya no cogen más mendicantes.

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