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Cosas de Duke

Marcelino M. González

Gentilicios

Hay noches "horribilis", de esas que desde el primer sueño las pasas viendo cosas raras y, en muchas ocasiones, absurdas y sin sentido, que no sabes si duermes o estás sólo medio apijotáo, que lo ves todo negro y en negativo, y al final te echas fuera de la cama, aún muerto de sueño, para recobrar la sensatez y ese sentido de lo cotidiano. De manera que nosotros nos damos unos madrugones tremendos, muchos días nos levantamos primero que los gallos. Se te mete una imagen en la quijotera y no eres capaz de espantarla ni volviéndote para la derecha ni la izquierda, ni poniéndote a revés. Horrosroso, créanme. Verbigracia, anoche se nos presentó el dilema de los gentilicios. Las eventuales razones de por qué los de La Felguera quieren llamarse "virusos", los de Sama "salmerones" y los de Lada "gatos", cuando deberían de ser todos "langreanos" o, en otro caso, "ladenses, felguerinos y samenses". Y ¿por qué el gentilicio de Calatayud es "calagurritano"? ¡A ver! Pues en éstas nos levantamos bien temprano y, ya con los pies en tierra y despejados, con el primer café de la mañana me llega un mensaje de una amiga que contesto de inmediato, "Buenos días, Maritxumía, que tengas muy buena jornada", y ella me contesta enviando un stiker de esos donde salen corazones y todas esas cosas que suelen poner las mujeres. "Oye, a propósito, ¿cómo os llamáis los de Amorebieta?, todos no, en general? Y al rato me contesta que su gentilicio es "Zornotzarras", por Zornotza que es el nombre en euskera de la ciudad. Duke quedó de paté de bacalao al pil-pil. Nosotros que pensábamos que serían "amorebietigoitigoecotxea", o algo parecido. Así es que con el descubrimiento hemos llegado a la conclusión de que nunca te levantarás sin saber una cosa más, algo que compensa al otro conocido refrán porque, ahora que ya se nos van muriendo las neuronas y las que quedan nos hacen pasar noches toledanas, no está de más que nos introduzcamos por los senderos de las ciencias ocultas. Por lo pronto ya he comprado un tocho de gentilicios mundanos.

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