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Dando la lata

Seis años

Balance del mandato y medio de Aníbal Vázquez como alcalde de Mieres

No avanzamos. Esa es la idea predominante en la tertulia del contenedor. Seis años de Izquierda Unida, seis años de Aníbal Vázquez y casi todo, igual. Como estaba o peor. Sí, nadie olvida el esfuerzo económico para sanear las cuentas municipales, que hace seis años lucían un agujero formidable. Es evidente que esto ha limitado claramente la ejecutoria del gobierno mierense, pero, como decíamos, seis años después, no salimos de la parálisis. Seguimos sin presupuesto, por más que se anuncie su inminente presentación -que ya era inminente ya hace más de un año-. Continuamos atrapados en la tela de araña de un plan de ordenación urbana que parece elaborado por el enemigo y que, por más que hablen uno nuevo, se mantiene vigente. La supuesta reforma funcional del Ayuntamiento, para lo que se contrató a un hiperexperto en estas lides -y vaya si hay que saber lidiar para ponerse delante de semejante morlaco-, parece que se fue al limbo. El recinto ferial, moribundo. La Casa Duró, abandonada. El mantenimiento ordinario, deficiente. Mayacina, Oñón, La Villa, Requejo? Y el resto del concejo, que también existe aunque no lo parezca. Por el careto que ponen los vecinos que bajan a tirar la basura, da la impresión de que el crédito se está agotando. Seis años ya. Seis años de paciencia que o mucho nos equivocamos o está llegando a su fin. Porque la sangría del padrón municipal no cesa, menguamos, mermamos, insistimos tenazmente en el desaprovechamiento de nuestras capacidades y virtudes, la presión fiscal sigue alejadísima de los servicios prestados y el precio de vivir en Mieres es ridículamente elevado. El crédito de aquel cambio político tan deseado ya no se sostiene con un desbrozado aquí y un parcheado allá. A Aníbal le va quedando poco tiempo para demostrar que de verdad otra gestión municipal es posible. Y la estrategia de Izquierda Unida de confiarlo todo al tirón de su cabeza de cartel, seis años después, huele a incompetencia. Porque ya son muchos los vecinos que cayeron en la cuenta de que detrás de Aníbal hay muy poco más. Sólo les salva que la oposición está dramáticamente peor.

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