El empresario de Zara ha donado 320 millones de euros para el tratamiento contra el cáncer, para la compra de equipos oncológicos. Bien está, tiene dinero y lo emplea en lo que le da la gana. Igual que el señor marqués o la señora marquesa que compra ropita para los bebés del servicio de su chalé, o le da a su perrito las sobras de la comida.
¿ Y por qué, puede hacer eso este empresario supermillonario?
A la vez que se recuerda aquello "de que nadie se hace rico trabajando y siendo mínimamente honrado", se hace necesario conocer cómo se gestan las grandes fortunas para saber o intuir porque esos capitales pueden donar millones a causas supuestamente justas y, tal vez, no tanto; recibiendo, así, el aplauso de parte de la población y tildando a la otra parte que cuestiona esos "regalos" millonarios, de desagradecida.
Este empresario tiene un patrimonio estimado de más de 61.000 millones de euros, el segundo hombre más rico del mundo según el ranking de la lista Forbes. La multinacional que controla su buque insignia, Zara, declaró en 2015 un beneficio neto de 2.880 millones de euros; pero no es oro todo lo que reluce. De hecho, y según estudios, sólo entre 2011 y 2014 Inditex se sirvió de "agresivas técnicas de ingeniería fiscal" para evitar pagar 585,72 millones de euros en impuestos. Estas maniobras habrían permitido a Inditex ahorrarse el pago de 218 millones en impuestos en España; 76 millones en Francia; 57 en Italia; 25 en Alemania; 22 en Reino Unido y otros 20 millones en Grecia. Esta elusión fiscal supone pérdidas anuales de entre 50.000 y 70.000 millones para los estados miembros. Don Amancio, ahorró, entre los años 2011 y 2014, 218 millones de euros en impuestos, es decir los españoles perdimos ese dinero. Estamos en el 2017, como seguro que no tuvo pérdidas y que seguirá con su labor de "ingeniería financiera" tendrá, en este momento, más dinero ahorrado. Mientras esto ocurre entre la élite empresarial española, el 30% más pobre en este país vio reducida su riqueza en más de una tercera parte (-33,41%), las tres personas más ricas vieron aumentar su riqueza levemente (+3%).
Inditex, como otras empresas, externaliza y deslocaliza el trabajo a lugares donde la sobreexplotación es un hecho; no ignoro que también fabrica en Europa. En el caso que comento el trabajo subcontratado se encuentra en Marruecos, Bangladesh y China. Donde mujeres, niños y niñas, también varones, trabajan horas y horas en talleres insalubres, con sueldos de miseria, elaborando las prendas que luego son enviadas a Europa a precios diez veces superiores al salario que reciben, además de que los impuestos o son muy bajos o no existen. Es legal, se me dirá; obviamente, respondo; pero esa "legalidad" no se corresponde con los tan cacareados Derechos Humanos. Don Amancio, sabe, como otros, que esas donaciones rebajan enormemente su contribución a Hacienda, en el supuesto que la haga, que parece que sí cumple como patriota (espero que este no sea el modelo de Podemos ¿...? ). ¿Es legal? Claro que sí; pero si contribuyese a la Hacienda pública con lo que tendría que pagar, tal vez el país iría mejor; y tal vez la sanidad y la educación pública estarían más boyantes. ¿Es don Amancio un altruista que vela por el bienestar del prójimo? Es posible, pero permítaseme dudarlo y ponerlo en tela de juicio. Esas donaciones le sirven, es incuestionable, como mera propaganda de venta; como lavado de cara a sus "ingenierías financieras". Como dice una amiga "hacer donaciones desgrava, así que no tengo claro el fin último del hecho en sí. Lo que tengo claro es que los dividendos resultantes de explotar mujeres y niños en el tercer mundo para arreglar las enfermedades del primero es una grandísima declaración de intenciones."
Finalizo recordando (y no hago comparación, solo describo una realidad) que los cárteles mejicanos de la droga compran pueblos pobres enteros, les construyen iglesias, escuelas y caminos. Es decir la mafia, que asesina y extorsiona, también practica el altruismo y la caridad. Cada persona puede sacar las conclusiones que considere. Yo tengo las mías. Como mínimo, son discutibles ciertas donaciones de ciertas fortunas.
