Los grados centígrados han bajado algo, así que me siento más animado. Entró el verano y además es mi santo, San Luis Gonzaga. Es la festividad de muchos Luises más, e incluso alguno de ellos se precipitó esta misma mañana en felicitarme, como Luis Noriega, de la Sociedad de Festejos de El Carbayu. Bien temprano también lo hizo, antes de que me levantase, una antigua vecina de Oviedo.
Porque eso de que uno se acuerde de mí, ¡qué tontería!, se agradece un montón. También me llamó el antiguo jefe de taller donde venía revisando mi coche. Como ven, es media mañana y se me acumulan las felicitaciones.
Y eso da ánimo para seguir batallando, aunque sea con dificultad física. Mis recuerdos siguen siendo del Norte, cuando los santos del día los celebraban indefectiblemente, y no como ahora, que de Pajares para abajo se celebran más los cumpleaños, ¡ojo!, que también son importantes, aunque "un año más es un año menos". Pero hay que cumplirlos, porque si no mal asunto.
¡Ánimo y a por todo ello!
