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Ventana indiscreta

Thriller: "Pantomima déjà vu"

El libro de suspense que es la política española, con protagonistas como Pedro Sánchez y Pablo Iglesias

Es sabido que un buen thriller debe de poner a sus protagonistas en situaciones que bordean el límite, cuando no en el mismo límite. Es lo que pasará, sospecho, en el novelón político que se avecina. Lo dicho, viene a resultas del que ya se vislumbra como el thriller del año. Son las iniciadas conversaciones, que a buen seguro continuarán y serán determinantes en el resto de la otras organizaciones, entre Pedro y Pablo o viceversa para dar al traste con el Gobierno de Rajoy. Tiene, casi, el argumento perfecto: habrá "asesinatos" ideológicos, espionaje político, situaciones trileras, amores políticos traicionados... Además de personajes secundarios con subtrama y otros aditamentos.

Las conversaciones entran dentro de obra cumbre de la política, con firma de autor, lo que la encarecerá más al respecto. Tal vez, "Pantomima déjà vu" -pongamos título al thriller- no sea de los mejores que han ocurrido y están ocurriendo en la política de este país; pero sí es una obra que la diferencia de otras, es más compleja, tiene más enjundia, es sibilina y al final resulta más entretenida para el común de los mortales. Como una buena novela es y será capaz de sorprender a quien se adentre en sus mil y pico páginas, o tal vez más.

La trama se sitúa en la España de la posverdad, es decir, de la mentira de la manipulación, del engaño; y de la llamada pospolítica, que aspira a superar la tradicional fractura entre derecha e izquierda por los nuevos lenguajes: "todo el mundo cabe y todos tienes los mismos intereses por lo que las clases sociales no existen y el capitalismo es definitivo, solo cabe vivir con él de la mejor manera posible". Transcurre en el país de los cuarenta años de elecciones democráticas y de los Pactos de la Moncloa, entre otros muchos escenarios, pero es desde aquellos donde se enmarcarán la dignidad de "Pantomima déjà vu": "si antes se hizo y se llegó a acuerdos, ¿por qué no ahora?". Este es el mantra del thriller. Los protagonistas son dos pesos pesados de la política, no por su posible pesadez en el "erre que erre", sino por la inteligencia comunicacional que, dicen, emanan hacia sus respectivas organizaciones y hacia la gente o el pueblo que la recibirá.

Saben pelear, políticamente hablando, y conducen como buenos comunicadores a las masas; saben la mecánica de la trama. Son agudos, jóvenes, guapos, de reflejos rápidos. Ni que decir que son arrojados y valientes, cual toreros (perdón por un símil tan cutre). Pero no son temerarios, ya que el orden socioeconómico se mantiene; la monarquía no se toca; lo privilegios de la iglesia menos. Obviamente, el sistema, que no se cuestiona, se lo agradece.

"Pantomima déjà vu" es un thriller psicológico, digno de Freud, que tal vez pueda resultar surrealista. Los protagonistas de la novela, que no "renunciarán" a nada, tendrán luz y taquígrafos, y hasta habrá consultas posteriores, a las bases. Aunque posiblemente no sean muy necesarias para la traca final. Todo está preparado para contribuir a enriquecer y a espesar la novela. Tendrá, realismo y humor; habrá en ella momentos sublimes de distracción, que serán necesarios para aliviar la tensión final del thriller. Los subtramas a los que aludía se verán adobados con secretos, persecuciones ( que se lo digan a Pedro Sánchez ) y peligros sin fin; quejas de secundarios, léase Mareas, IU y Ciudadanos... que harán como que cuentan con ellos pero serán solamente aditamentos periféricos del "núcleo irradiador", de Pablo/Pedro. Una "irradiación" que no resulta descabellado enmarcarla en el llamado "ciudadanismo", el mapa de la desideologización, cuya aspiración es una reforma ética del capitalismo, no impugnando el mismo, sino sus "excesos", revitalizando, así, aquel humanismo subjetivista, difuso y ambiguo en el que se mueve y acomoda una izquierda conformista con volver a lo que había antes de la crisis económica y que parece era la panacea de la socialdemocracia.

"Pantomima déjà vu", es un thriller un tanto sui generis, de ahí su tinte psicológico. Los interlocutores (no se sabe si habrá interlocutoras) harán como la abeja, ir de flor en flor, con curvas y contracurvas; habrá saltos en el vacío o que aparentan ser tales para luego retomar el camino. En este sentido, hay que advertir de que la búsqueda en la que se embarcan los protagonistas tiene que ser leída independientemente de que lo buscado sea o no efectivo. Ellos ponen la voluntad, la sapiencia, su experiencia en los avatares políticos; los demás, esperanzados en su buen hacer, ponemos la fe. Pero se sabe hace tiempo que esta última resulta infructuosa. No obstante, leamos la novela, despacio, con tino. Seguro, que el thiller tendrá algo de déjà vu. Al fin, como siempre.

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