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Director de Valnalón desde 1987 a 2010

Valnalón ha cumplido 30 años

Recuerdos y reflexiones en torno a los inicios de un proyecto de éxito en Langreo

El pasado día 20 de mayo se han cumplido 30 años del nacimiento oficial de Valnalón, bajo el nombre de Centro de Empresas del Valle del Nalón, S.A. Pero, en realidad, ya había nacido mes y pico antes: el 6 de abril del mismo año, fecha en la que el antiguo IFR (hoy IDEPA) me contrató para crear un Centro de Empresas en los edificios de la antigua Fábrica de Duro Felguera, en La Felguera. Yo trabajaba, precisamente, en Duro Felguera-Gijón, pero había visto un Centro de Empresas en Basauri (quizás el primero de España) y me decidí a dedicarme al apoyo a emprendedores desde un centro de ese tipo. Así que me puse en contacto con los responsables del IFR y los convencí de que yo sería capaz de poner en marcha un Centro de Empresas (de hecho ya había creado uno pequeñito en el Club Vanguardia de Gijón, que me sirvió de referencia).

Desde antes de mi contratación ya estaba trabajando en el proyecto del Centro de Empresas de Langreo. En ese tiempo visité varias veces la antigua Fábrica de Ensidesa y me enamoré de los viejos edificios, unos edificios industriales, de ladrillo cara vista, de los llamados de estilo "manchesteriano", que yo conocía de mi época de trabajo en el edificio central de Duro en La Felguera. Pero esta mirada era distinta: los edificios estaban sucios, abandonados y tenían un estado de conservación deplorable?, agravado por el hecho de que, cuando llovía, el agua bajaba de la cubierta a la primera planta y, de esta, a la baja? Los tejados estaban todos destrozados.

Mi primera preocupación fueron los tejados. En paralelo, encargué el proyecto de rehabilitación del antiguo Edificio de Mantenimiento Eléctrico, para convertirlo en Centro de Empresas. Como no había una oficina medianamente digna y segura en toda la Fábrica, el primer año trabajaba en las oficinas del IFR en Oviedo y visitaba las obras con frecuencia. Esa fase obligada de reflexión, alimentada por las continuas visitas, me hizo concebir un proyecto infinitamente más amplio que el previsto en principio. Como soñar no costaba dinero, ni cuesta, a la vista de las posibilidades que tendría el conjunto de los espacios, me imaginé un proyecto integral. Pasé del proyecto del Centro de Empresas, que estaba valorado en 84,5 millones de pesetas (508.000 Euros) a uno que presupuesté en 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros). El proyecto consistía en: un Centro de Empresas, una Escuela de Hostelería, un Centro de Formación en Nuevas Tecnologías (similar al que había en Gijón), un Polígono Industrial y una Promoción Pública de Pequeñas Naves Industriales (algo que estaba proliferando en el País Vasco, con gran éxito y que me parecía trascendental). Esta nueva visión hizo que cambiáramos el proyecto, y hasta el nombre de la empresa: Ciudad Industrial del Valle del Nalón, S.A. definiría mejor nuestro objetivo. Un título novedoso que reflejaba nuestro interés en desarrollar un espacio en el que tuvieran cabida no solo la creación y la consolidación de empresas, sino también la formación de trabajadores en nuevas tecnologías industriales (campo que estaban empezando a desarrollarse) y en oficios de hostelería, porque nos parecía que una parte del futuro de las Cuencas vendría por el desarrollo del turismo industrial.

En julio del año 1987, presenté el proyecto a la Presidenta del IFR, en el momento en que abandonaba el cargo. De hecho, la reunión en la que se lo presenté ya la tuvimos en su oficina de Secretaria General de Comunicaciones, en el Palacio de Cibeles. ¿Qué hacer, ante tan trascendental contratiempo? Sólo tenía dos salidas: tratar de vender el proyecto a Paz Felgueroso, que acababa de ser nombrada Consejera de Industria, en el segundo Gobierno de Pedro de Silva? o buscar otro trabajo... Opté por lo primero. Cuando le presenté el proyecto a la Consejera, su primera reacción fue decir: me parece muy bien. Es ambicioso y muy necesario. El problema es que no tenemos dinero ni para pagar tu sueldo? Pero vamos a ver qué podemos hacer. Yo, enseguida me di cuenta de que Paz Felgueroso se lo creía: que empujaría el proyecto hasta llevarlo adelante? Y así fue. Inmediatamente empezaron a llegar fondos de la Consejería para afrontar las inversiones previstas.

En cuanto fue posible disponer de una oficina, con un mínimo de seguridad, en los destartalados edificios de la Fábrica, allá por mayo de 1988, me trasladé a La Felguera. Allí era todo más fácil: tenía mi oficina en medio de la obra, circunstancia que me permitía un mejor control de la misma.

Mi llegada a La Felguera, coincidió con el momento de diseñar la imagen corporativa de la empresa y, precisamente en ese momento, nació el nombre de Valnalón. Hasta ese momento, mi equipo era yo solo. Cuando necesité una persona de apoyo, contraté a Marta Francisca Pérez Pérez. El primer año, como secretaria, y, después, a medida que crecía la plantilla, la nombré Coordinadora General, mi persona de confianza, cargo en el que estuvo los 21 años y medio siguientes, hasta mi jubilación en 2010. En ese momento, fue nombrada Directora Gerente por el Consejo de Administración.

En 1988, tuve la visita de una periodista de la BBC que, después de explicarle con detalle el proyecto y enseñarle las destartaladas instalaciones, me dijo que pensaba titular el reportaje "Regreso al futuro". Ciertamente fue una premonición.

El año de 1989 fue un año de visitas ilustres, que permitieron poner el foco en nuestro proyecto. La primera la del ministro de Industria, Claudio Aranzadi. La segunda, la del ministro de Trabajo, Manuel Chaves, acompañado por Paz Felgueroso y el alcalde de Langreo, Francisco González Zapico. De esa visita nació la trascendental participación del INEM en el proyecto del Centro de Formación en Nuevas Tecnologías, que incluía una Escuela de Hostelería.

Tras la visita y las conversaciones posteriores, en julio de 1990, se firmó un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Langreo, el Principado y Valnalón. Según dicho convenio, el INEM aportaría la mano de obra necesaria para las obras, la inversión en equipamientos y la futura gestión del centro. El Principado (Consejería de Industria) afrontaría el coste de los proyectos y los materiales necesarios para realizar las obras de restauración de los edificios y, desde Valnalón, llevaríamos la dirección y coordinación de la totalidad del proyecto. La tercera visita de 1989 fue la del Presidente del Principado, junto con Paz Felgueroso. Más interna, pero importantísima.

La tarde del 19 de octubre de 1990, estábamos esperando la llegada del helicóptero que traería al Príncipe Felipe de visita a Valnalón, Paz Fernández Felgueroso, su jefa de gabinete, Paloma Alonso, y yo. De pronto, me dijo la Consejera: pregúntale a Paloma cuánta inversión llevamos hecha en Valnalón, en esta legislatura. En vez de preguntar, yo respondí: ¡1.200.000 millones de pesetas! (7,2 millones de euros). Efectivamente, sumando el empeño del Gobierno de Pedro de Silva, con la Consejera y todo su equipo en primera fila, la aportación del INEM, el apoyo del Ayuntamiento y el trabajo que hicimos desde Valnalón, habíamos logrado ese trascendental primer paso, que sería la clave para el futuro del proyecto.

Antes de que terminara la legislatura, el 15 de abril de 1991, tuvimos otra visita importante, la del ministro de Obras Públicas José Borrell.

Como resumen de esos 4 años, tengo que decir que se repararon todos los tejados; en diciembre de 1988, se inició la actividad en el Centro de Formación en Nuevas Tecnologías, previsto para albergar 1.000 alumnos, divididos en 15 especialidades innovadoras; en abril de 1989, se puso en marcha el Centro de Empresas; y en agosto de 1990, se implantó la primera empresa en el Polígono Industrial.

En Valnalón se invirtieron, durante el período de mi gestión (1987-2010) 24 millones de euros: 18 aportados por la Consejería de Industria (parte Fondos Europeos) y 6 por el INEM.

Estas son las cifras finales, nada desdeñables, de un proyecto realmente innovador y de éxito. Pero nada hubiera sido posible sin el empujón espectacular que nos dieron Paz Felgueroso, su equipo y todo el Gobierno de Pedro de Silva, a lo largo de esos 4 primeros años.

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