Los tubos van camino de ser el coladero por el que desaparezca el último vestigio de la actividad siderúrgica en la comarca del Caudal. El imponente edificio que dejó en Sueros la desaparecida Fábrica de Mieres, a modo de símbolo de lo que un día fue y ya nunca será, está apunto también de dejar de ser el cobijo de una actividad industrial. Si Mieres Tubos, ya en concurso de acreedores después de tres años de paralización, no encuentra inversores, pasará a engrosar el triste álbum de la desindustrialización. Los viejos talleres de calderería fueron adquiridos por Perfrisa, instalada en La Felguera, para transformarse en Compañía Asturiana de Tubos y hoy Mieres Tubos. Y el formidable edificio de hormigón va camino de ser un cascarón vacío, uno más, en el que se encierran las esperanzas de sus últimos trabajadores. Los tubos acaban siendo el sumidero, que nadie ha sabido o ha podido detener, de la última huella de la gran industria.