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A mi aire

Buena definición

La creciente indignación de la ciudadanía ante los casos de corrupción política

Un tanto a vuela pluma, capto una sentencia en la mesa contigua a la mía, donde se encuentra un grupo de personas enfrascadas en el análisis de lo divino y humano. La afirmación que uno de ellos pronuncia es la siguiente: "la política ye una mierda en la que solo cambien les mosques". Asentimiento general, dando comienzo cada cual el desgranar variados ejemplos.

La conversación se centra en la "inmensa suerte" que tienen todos los que a ella se dedican, teniendo colchón más que mullido para cuando lo dejen, o se los carguen por cambio de afectos, porque no se conoce a ninguno que haya ido a engrosar las filas del desempleo. Incluso encuentran con rapidez acomodo en entidades que en su momento favorecieron.

Sacan a relucir un reciente ejemplo de un individuo que desde su primera comunión ha estado en todos los cargos inimaginables y, al apostar a caballo perdedor lo mandaron al gallineru, así que muy digno se va. Claro que con "aterrizaje" plácido y espaldas bien cubiertas.

La conclusión -dicen- puede ser legal, pero éticamente apesta. Aunque uno de ellos pregunta ¿esto de la ética que coño ye?, humor negro.

La cosa se va caldeando, y siguen viendo la luz temas sangrantes de cómo funciona la política: las constantes corruptelas, chanchullos? sentenciada con frase de que "el que la garra ye pa él".

Con el misterio de que, cuando atrapan a uno metiendo la mano al dinero de todos, curiosamente sus casos se eternizan, con dilaciones que no ocurren con el resto de los mortales. Son contados los que pasan por la trena, casi testimoniales y del dinero afanado nunca más se sabe, pues son bien espabilados para tenerlo a buen recaudo.

Al final me han tenido entretenido un buen rato, dándome esta opinión gratis, a la par de la frase redonda de que "la política ye una mierda, en la que solo cambien les mosques", que resulta, desde siempre -y en el momento actual, quizá más- una perfecta definición. Quedaron todos de acuerdo, aunque con la consciencia de que poco arreglu tien.

Casi me dieron ganes de aplaudir cuando se fueron.

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