Observábamos un grupo de amigos como Ramo Coto, en su llagar casero, en Cuturrasu, cada cierto tiempo, daba vuelta de rosca a la prensa para exprimir al máximo las manzanas que se iban convirtiendo en sabrosa sidra dulce, que e n buena lógica degustamos con placer.
Tampoco hubo que ser imaginativo en exceso para asociar las citadas vueltas de tuerca con las que una y otra vez nos aprietan a los sufridos- y agobiados- contribuyentes las diversas administraciones. Lo último viene dado con la ya aprobada subida de tasas para 2018 del Ayuntamiento de Langreo, de 1,9%, en el IBI, viñeta, o IAE. Por el contrario, los vecinos de Laviana, o Mieres, se ven favorecidos en la congelación, o incluso rebaja, en alguno de los casos. Mala suerte la nuestra, pero con el agravio de la conocida cantinela de que servirán para mejorar los servicios públicos, que no sólo no se ven por ningún lado, sino que cada vez están mucho peor.
No merece la pena citar ninguno, cansado estoy- para nada- de poner el dedo en la llaga, aunque tampoco hace falta airear lo que a diario puede comprobar todo el mundo.
En el socorrido tema de los "servicios sociales", comienza a ser un pozu sin fondo, no siendo oro todo lo que reluce. No profundizo, siendo vox- pópuli cientos de casos que concuerdan poco con el todo. Y los "ministrinos" del Principado, y demás allegados, ya se han puesto de acuerdo para "adecuar" sus percepciones en cifra similar.
Indignación, es poco decir lo que sentimos una buena mayoría, pero ellos siguen a "lo suyo", y el resto con síntomas de una asfixia ya inaguantable.
Menos mal que la sidra de Ramo estaba de viciu, y nos disipó un poco la mala leche de las vueltas de tuerca, con las que una y otra vez nos martirizan, muy diferentes a les del llagar artesanal para los amigos.
