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Desde mi Mieres del Camino

A la India por amor y solidaridad

La mierense Mercedes Alonso lleva nueve años viviendo y trabajando en la ciudad de Dehradun

Nacida en Oviedo pero "mierense de toda la vida" según confesión propia, Mercedes Alonso ha vivido y vive una experiencia especial que la llevó, hace nueve años, lejos de su tierra, tras la llamada del amor y de la solidaridad. Así de simple. Realizados sus estudios primarios en el Liceo, el bachiller en el Bernaldo de Quirós y la Dirección de Empresas en la Universidad de Oviedo, hoy ejerce de profesora de español en la localidad india de Dehradun, lo que alterna con su labor en beneficio de los más desfavorecidos. Precisamente su presencia estas Navidades con su familia y acompañada de su hijo Pablo en la patria chica tiene un objetivo concreto, y es conocer los pormenores de organización de la Asociación Mierense de la Cocina Solidaria (Amicos), con el fin de llevar esa experiencia hasta la localidad india, donde la miseria brilla en cualquier lugar y el hambre hace sus estragos. Pero antes...

Mercedes había puesto en marcha ya sus inquietudes aquí en Mieres, a través de su gran oportunidad en el voluntariado dentro de la ONG Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), que atendía las necesidades elementales de la comunidad gitana en esta plaza, concretamente del barrio de La Villa, donde ella residía. Tal circunstancia le llevó a verse involucrada en proyectos de educación a nivel nacional e internacional. Y por esa vía ocurrió lo inesperado. Así fue como conoció a Jagjeet, funcionario del Gobierno de la India, y nació una amistad que poco a poco se fue transformando en algo más íntimo que, por fuerza, desembocó en matrimonio. Como nuestra protagonista se declara atea, no tuvo inconveniente alguno en unir lazos matrimoniales a través de la religión de su ya esposo, la hinduista derivada del dios Shiva.

No fue fácil para Mercedes llegar a esta situación. Dos años antes del enlace viajó a la India en plan de turismo con el fin de conocer la realidad del país. Indudablemente, la panorámica que descubrió allí no era precisamente alentadora. Pero los fuertes lazos sentimentales y su inquietud solidaria fueron suficientes amarras para vencer cualquier freno inquietante. Y son ya nueve años los que lleva casada, con un pequeño hijo, Pablo, de dos años amplios, que suele viajar con ella cuando, una vez al año, parte rumbo a su tierra de nacimiento para estar unas semanas con los suyos y regresar con nuevos bríos. De todas formas los hilos telefónicos son un conducto prácticamente diario para seguir unida a su familia y a su terruño.

Precisamente, sus padres, Manuel y Pilar, acompañados del hermano de Mercedes, Manuel, viajaron ya a conocer la ciudad india de Dehradun, para hacerse una idea del lugar que había escogido su hija. Y la propia interesada confiesa que lo pasaron mal, aunque comprendieron que los fuertes lazos que la llevaron hasta este punto del globo terráqueo eran lo suficientemente sólidos para mantener la ilusión. De todas formas, Mercedes viaja una vez al año hasta Mieres para pasar unos cuantos días con sus progenitores y demás familia y de esa forma cumplir con una necesidad psicológica.

¿Qué panorama confiesa esta valiente embajadora asturiana sobre el país que ha escogido por su sede actual? Ella misma no duda en calificar la India como un país en franco desequilibrio con el resto del mundo, a base de desventajas que resultan muy difíciles de equilibrar. El hambre campa por sus respetos y a pesar de que existe vida familiar el resto del ambiente general de la población es, en frase suya, "una vuelta a la campana", con pésimas comunicaciones y una cultura especial que no te permite fiarte de nadie ante la muy cercana posibilidad de un timo.

La mayoría de los habitantes de Dehradun, la ciudad escogida, con una población censada de millón y medio de habitantes, más otro núcleo flotante que debe doblar lo anterior, practica la doctrina hinduista del dios Shiva. Existe también una fuerte implantación musulmana sikh, pero si bien es cierto que en este sentido viven bajo un régimen bastante tolerante, y el hecho está en que Mercedes sigue declarándose atea y su hijo no practica religión alguna, también aquí la mujer sufre los problemas lógicos de países atrasados, como moneda de cambio ante casorios concertados. La corrupción está a la orden del día y el analfabetismo alcanza niveles cercanos al 70 por ciento de la población.

Sin embargo, en toda tierra de vecinos suele surgir el oasis que flota en el ambiente de una forma espontánea. El colegio donde ella desarrolla su labor docente tiene condición de residencial y está catalogado como el mejor de la India, y posiblemente uno de los mejores del mundo. Dado el caso de que existe un determinado interés por el idioma español, ya que la India mueve un determinado montante de su comercio exterior con los países americanos de habla hispana, el ejercicio de la educadora está bien valorado, aunque con algunas lagunas en el propio colegio, como puede ser la falta de un soporte en la labor social dentro de las propias instalaciones.

Y aquí viene el gran contraste en el que Mercedes Alonso García, llevada por su vocación de labor solidaria, pretende involucrarse. En torno al centro residencial existe un ambiente a base de una fuerte concentración de gente pobre, sin recursos de ninguna clase. Y dado que el colegio tiene un fondo económico para tales menesteres, es su intención intentar la aventura de crear un comedor al estilo y forma de Amicos, pero quizá de mayor envergadura dadas las posibilidades económicas. Ése es el proyecto que trajo en su cartera en esta su última visita familiar en Mieres y del que ha tomado buena nota.

Es posible que a esta altura del tiempo Mercedes y su hijo Pablo se encuentren ya de nuevo en la localidad india de Dehradun, dispuestos a iniciar una nueva andadura anual y con ella la posibilidad de poner, al menos, los cimientos de ese proyecto contra el hambre de una amplia parte de la población en la localidad donde residen.

Durante nuestra charla con la protagonista de hoy hemos podido constatar que Mercedes Alonso García, nacida y criada a la sombra de uno de los históricos barrios de Mieres, cuenta aún con un amplio abanico de amistades en su tierra natal. Y es que, aparte de haber nacido en la capital del concejo mierense, su vida siempre estuvo enraizada con dos conocidos y apreciados clanes familiares de esta localidad. Así, por parte materna viene de los Majos y por la paterna de los Cuipos. No olvidemos tampoco que sus raíces estuvieron firmemente enlazadas, por razones familiares, con el recordado y desaparecido periodista de Santullano (Mieres) Faustino Fernández Alvarez.

Llevada por los vientos inesperados del amor y portando como equipaje su inquietud por un mundo más justo e igualitario, Mercedes Alonso volverá, si la suerte le acompaña, dentro de otro año a su tierra natal. Que la buena estrella le acompañe en ese intento de ubicar un medio de atención a los necesitados, como puede ser la Cocina Económica.

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