La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde mi Mieres del Camino

A vista de miniatura

El mierense Isidro Hernando ha realizado una recreación a pequeña escala de la localidad de Ujo

Quién no recuerda su primer viaje, de largo trayecto, por ferrocarril. Si la distancia, por ejemplo, era de Gijón a León, todo marchaba sobre ruedas, con parada un poco más prolongada en Oviedo, por aquello del movimiento de viajeros, hasta llegar a Ujo, en Mieres, donde el asunto tomaba su dimensión. Y entonces surgía la pregunta infantil hacia los padres. ¿Porqué paramos aquí tanto tiempo?. Muchos de los adultos, ajenos al movimiento de trenes, ignoraban la cuestión y la respuesta se limitaba a una simple disculpa, pero existía una razón de peso que obligaba a una demora de cierto tiempo, por razones obvias. Era indispensable aplicarle mayor potencia al tren, con la incorporación de otra máquina de fuerza, e incluso llenar el depósito de agua, para emprender, una vez más, la aventura de superar el gigante montañoso de El Pajares, de aquella, principal bandera identificadora del cordal entre Asturias y la meseta castellano-leonesa.

Bien. Todo esto es anecdótico y solo indica la ilusión que suponía para la grey infantil realizar aquella aventura, hoy recordada con cierta nostalgia, porque, todo continúa igual al menos hasta que la ya famosa y cantada variante sea eso, una realidad con todos los pronunciamientos económicos y realistas sobre el tapete.

Sin embargo, aunque el viaje de Asturias a la citada meseta o por ejemplo a Madrid, ya no sea una novedad tan llamativa, tampoco es necesario realizarla para "detenerse", el tiempo que haga falta, en la contemplación de ese punto estratégico que se llama Ujo, donde aún queda restos históricos de su especial condición y además, para mayor "gloria", un vecino de la localidad de Cortina, uno de los pueblos de la margen izquierda del río Caudal y rumbo al otro lado del tinglado ferroviario, considerado un "manitas" él con todos los pronunciamientos favorables y respetando fielmente la identidad del conjunto ferroviario, en su día vital para superar las rampas del Pajares, esas que aún hoy día - a la vista lo tenemos en los medios de comunicación - sigue provocando problemas cuando la climatología aprieta, ha tenido a bien trabajar a destajo, con su arte por bandera, para reproducir, a nivel de maqueta, en una nave anexa a su domicilio, todo el aparato reproductor de lo que representó hasta aproximadamente, los años sesenta, el punto estratégico de la estación de Ujo y sus departamentos auxiliares.

Isidro Hernando, natural de Ujo, albañil en su día y jubilado hoy como encargado de obra civil, se confiesa aficionado de toda su vida por el ferrocarril y en general por todo lo que merece reproducirse en maqueta, para la posteridad. Así lo demuestra el hecho de haber recibido el testigo de Ricardo Rodríguez, el gran "Cuqui" eterno vocalista de la famosa Orquesta Royal, que tantas y tantas veces nos maravilló con sus creaciones artísticas de belenes, para la iglesia del pueblo, en torno al gran milagro de los cristianos. Sus creaciones, por fama y difusión, traspasaron fronteras inimaginables y lo hicieron merecedor de incorporarlo como miembro de la Asociación Belenística Asturiana.

Pues bien. Ricardo, tras su decisión de no seguir con esta responsabilidad, no ha dejado el encargo en mejores manos y ahora Isidro Hernando es quién se ocupa, año tras año de seguir una iniciativa ya convertida de tradición. Y de ahí, con su afición por bandera, extiende sus manos de artista hacia otros objetivos, en este caso, el monumental testimonio en maqueta de la estación de Ujo, en la que baste el detalle, para hacerse una idea de su magnitud, de tenido que instalar ciento setenta y cinco metros de vía para el tránsito principal de trenes y las consabidas maniobras, porque, dicho sea a tiempo, todo se pone en marcha previo el botón eléctrico de arranque. Y claro también es de destacar que el conjunto fiel a lo que fue la estación y servicios auxiliares, está perfectamente complementado con un conjunto anexo montañoso que nos invita a pensar en la cercanía del Pajares. Y todo ello a una escala aproximada de uno por ochenta y siete, incluido juego de semáforos con sus tiempos de rojo y verde.

Isidro, con sus sesenta y nueve años de edad, tiene la idea y la ilusión de terminar la obra. Lo difícil es saber cuándo puede ocurrir esa feliz iniciativa. De todas formas, lo principal con rasgos puros de fidelidad y auténtica demostración de artesanía, ya se encuentra ahí, con todos los pronunciamientos, y este es un testimonio de cara al futuro, con una validez sorprendente porque, de seguir así la atención prestada a las instalaciones auténticas, servirá a las nuevas generaciones para darse una idea de lo que fue uno de los principales medios de transporte de mercancías y viajeros entre las comunidades de Asturias y Castilla y León. Y todo ello a base de golpe artístico de mano usando materiales de desecho y otros elementos inservibles. La propia estación, hoy medio deteriorada, la cantina, los servicios higiénicos a imagen y semejanza de las grandes estaciones, el depósito de reposición de agua a las máquinas de vapor, y otros muchos departamentos auxiliares, están ahí con todas las consecuencias de manifestación certera. Este próximo mes de abril habrá ocasión de contemplarlo, puesto que se expondrá en el Colegio La Salle de la propia localidad mierense.

Ujo -Uxo en argot autónomo- puede considerarse históricamente la tercera población del concejo, con la capital Mieres en primer lugar, seguida de Turón, aunque en la actualidad, puede superar, en censo demográfico, el propio pueblo turonés si prescindimos de todo el valle. Llegó en su día a los dos mil doscientos habitantes, aunque en esto momentos apenas supera los dos mil. De todas formas, dada su situación geográfica, como entrada y salida al municipio, puede considerarse que es uno de los núcleos con menor pérdida demográfica, pese a las consecuencias del desfonde industrial.

Su estación ferroviaria se inauguró en 1874 quedando a cuenta y derecho de la entidad Noroeste, pero, unos años más tarde pasó a pertenecer a Norte y en 1941, con motivo de la nacionalización de ferrocarriles Renfe se hizo cargo de ella. En la actualidad el operativo de explotación y funcionamiento pertenece a esta marca mientras que las instalaciones ferroviarias son titularidad de Adif. En el año 1925, el avance del transporte, principalmente de mercancías entre Asturias y León y viceversa, más el de viajeros, obligó a tomar medidas de emergencias dada la dificultad que representaba salvar el núcleo montañoso entre las dos comunidades. Y en 1925 se procedió a la electrificación del tamo entre Ujo y Busdongo, puesto que la anterior situación, a base de máquinas de vapor, exigía, en muchos casos, incorporar, en Ujo, una y hasta dos máquinas para salvar las rampas del Pajares, desde Fierros hasta Busdongo. En 1972 finalizó el proceso de renovación de la doble vía lo que permitió suavizar, en gran parte, el problema representado por el fuerte tráfico de convoyes. Pero las dificultades orográficas estaban ahí y siguen estando. Todo hace indicar que el polémico proyecto de la "Variante de Pajares", ha de solucionarlo. Ya se verá en el inmediato futuro. De todas formas, un dato histórico también, la iglesia con signos inequívocos de su románico, hubo de ser trasladada, en determinado momento, unos metros por mor de las obras del ferrocarril.

Compartir el artículo

stats