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Ventana indiscreta

Ecología y carbón

El debate entre la mejora ambiental y el mantenimiento de los puestos de trabajo y su viabilidad

LA NUEVA ESPAÑA recogía hace días unas declaraciones en las que dos líderes, uno de IU Asturias y el otro de CC OO de la Industria se mostraban decepcionados porque en Madrid no apuestan o no lo hace claramente por el carbón, en esas dos organizaciones.

La "decepción", queda reflejada por cómo se antepone "la ecología al puesto de trabajo". Es un tema complejo, sin duda, que genera controversias duras y a veces tensas. Hace años, este debate, entre ecología y trabajo, no se daba y si existía era entre minorías muy al tanto del medio ambiente. Ahora sí lo hay con argumentos de mucho peso, desde el campo ecologista que no se pueden despachar con el silencio o la descalificación, ésta muy frecuente.

Por ello, el tema hay que afrontarlo con intereses que favorezcan tanto el buen vivir ambiental de la gente, como los posibles y necesarios puestos de trabajo. Y es que el carbón teniendo, como es el caso, importancia económica tiene también un gran poder simbólico; representa un referente de la lucha obrera y de los perdedores de la globalización. Encontrándose con la paradoja de tener que suprimir este combustible fósil que la lucha contra el cambio climático plantea dada su potencia contaminante y la legítima lucha por el puesto de trabajo.

Obviamente, trabajo debe de haberlo, es un bien social e individual, y sindicalmente hay que luchar por ello. Se habla, y con razón, de la desvertebración de las cuencas mineras asturianas. Es una realidad, no hay que dudarlo. Es un tema recurrente en las conversaciones de nuestro entorno social. Hablando de ello, entre un grupo de personas, una amiga apuntaba sin acritud, pero sí con ánimo de aclararse, si los sindicatos CC OO y UGT tuvieron en cuenta este presente desvertebrador, cuando firmaron en aquel pretérito las prejubilaciones y con ellas, dice, el futuro del carbón. Hay al respecto multitud de opiniones entre las gentes de estas cuencas. No seré yo quien valore esas y otras opiniones ya que entiendo que las negociaciones y la posterior firma se hicieron con la legitimidad de favorecer el futuro de las familias mineras y que se ganaron con la lucha del colectivo de la mina, al igual que ocurrió y ocurre en otros.

En este debate sobre la eliminación del carbón como combustible contaminante se mezclan siempre elementos económicos, ecológicos y simbólicos que, en mi opinión, deberían de ser tratados por separado. Las comunidades, Asturias en este caso, y los trabajadores que siguen dependiendo del carbón y merecen un futuro, tienen que tenerlo y no sólo por ellos y sus familias, también para el resto de las personas que vivimos en las zonas carboníferas. Por ello hay que entender la importancia de centrarse en hablar del mismo y de las inversiones necesarias a realizar en las comarcas para la generación de actividad del futuro. Y debatir cómo estas inversiones podrían generar pueblos prósperos y cohesionados. La actividad de las minas de carbón está condenada a desaparecer, no lo digo yo, tampoco es un mero debate académico de gente ociosa, es la realidad de un futuro más ecológico y de bienestar, pero dicho eso no deben ser las gentes quienes sufran en ese futuro.

En un artículo de julio de 2012, titulado "¿Quién defiende al minero?" y publicado en este medio se comentaba, entre otras consideraciones, que "Lo criticable no son los recortes a las ayudas al carbón, sino que se hagan drásticamente y sin una estrategia de reconversión", añadiendo más adelante que "(...) Malas gestiones, torpezas políticas, intereses económicos y contradicciones sindicales nos han llevado a esta situación, pero que el problema se eternice es muy diferente a decir que no tiene solución".

No sé, tal vez los mismos que reivindican "el carbón", aquí y ahora, no estén muy seguros de su viabilidad. No obstante, hay iniciativas y propuestas que buscan soluciones , en este caso, para Asturias. Así, el Principado plantea a la Unión Europea que se apueste por las energías alternativas de la minería del carbón, las llamadas "energías verdes". Seamos optimistas, y esperemos que la minería encuentre el camino compatible con el medio ambiente, para que nuestras cuencas y nuestras gentes salgan del "pozo" y no precisamente, minero.

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