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Antonio Rico

Como agua para chocolate

La charla sobre Alexander Calder y Friedrich Nietzsche que acogerá la Casa de La Buelga de Ciaño

Las musas deben de estar locas. Concretamente, Erato, musa de la poesía lírica-amorosa. Erato, coronada de rosas y portadora de cítara. Es la única explicación. Erato tiene que estar tan loca como los romanos de las aventuras de Astérix y Obélix, como los que defienden la compra de armas para defenderse de los que compran armas, como Escarlata O'Hara cuando en "Lo que el viento se llevó" insiste en seguir enamorada del tontaina de Ashley Wilkes cuando tiene rendida a sus pies al guapísimo, encantador, inteligente y vividor Rhett Butler. Porque, vamos a ver, a quién se le ocurre organizar una conferencia bajo el amparo de la musa Erato titulada "La escultura inquieta. Una aproximación a la escultura cinética de Alexander Calder desde la filosofía de Nietzsche". Uf. El conferenciante es un tal Faustino López, un profesor de filosofía que admira tanto al escultor Alexander Calder y al filósofo Friedrich Nietzsche que los ha unido en una charla y en un precioso cuaderno editado por Rema y Vive Editorial.

Y los que se han atrevido a dar cobijo a la conferencia y al conferenciante son esos chiflados del Cauce del Nalón, que han conseguido que la preciosa Casa de La Buelga, en colaboración con el Ayuntamiento de Langreo y LA NUEVA ESPAÑA, se llene por un día de arte, música y de filosofía. Lo que hay que ver y escuchar. Será, si no lo impide un cataclismo cósmico, el viernes, 6 de abril, a las ocho de la tarde.

¿Calder y Nietzsche? Pero, ¿Calder y Nietzsche no son como el agua y el aceite? ¿A quién se le ocurre mezclar, y no agitar, al escultor estadounidense y al filósofo alemán? Se le ocurre a Faustino López porque en este mundo, como dijo el torero El Gallo al enterarse de que Ortega y Gasset era filósofo, tiene que haber gente pá tó. Y sí, es verdad. Por haber, hay gente que, después de leer y estudiar mucho, sostiene que la filosofía de Nietzsche no sólo influyó profundamente sobre toda la cultura europea del siglo XX, sino que inspiró la renovación de las vanguardias artísticas y del arte popular. El escultor Alexander Calder reúne en sus obras cinéticas lo mejor de las vanguardias europeas (abstracción, constructivismo, surrealismo...) y del arte popular de su país, y la influencia del pensamiento y de la estética de Nietzsche permite descifrar aspectos constitutivos de la escultura cinética de Calder y hace posible la interpretación de las vanguardias como experimentos nietzscheanos. Ahí queda eso.

Faustino López consigue que Calder y Nietzsche no sean como agua y aceite, sino como agua para chocolate, y lo hace con la ayuda de fascinantes imágenes de las obras de Calder y textos bien escogidos y mejor comentados de las obras de Nietzsche. Y, aunque Faustino López no necesita ayuda, en la Casa de La Buelga estará acompañado por un puñado de chalados que todavía creen en los Reyes Magos de la palabra bien dicha, de las ideas bien presentadas y de la reflexión filosófica popular.

Presentará el acto el profesor de filosofía José Ignacio Fernández del Castro, y Rema y Vive Editorial estará representada por el también profesor de Filosofía Juan J. Alonso. Para compensar esta avalancha de filósofos (pero, ¿no decían que la filosofía estaba escondida en un cajón lleno de polillas?), David Roldán, profesor de viola en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, y Katja Kaminski (violín) interpretarán algunas obras que apostillarán e ilustrarán musicalmente las palabras de Faustino López.

Este es el loco plan de una tarde-noche de primavera: arte, filosofía y música bajo la protección de una musa que, a lo mejor, no está tan loca como parece y que confía en que un escultor que se dedicó a hacer esculturas que se movían y un filósofo que produjo una filosofía que no se está quieta sean como agua para chocolate.

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