Cuando es necesario limpiar una casa a fondo, lo primero es levantar las alfombras y ver el polvo que hay debajo de ellas.
Y si es una universidad, donde tantísima gente pisa su suelo, con más motivo todavía. Lo que empezó con Cristina Cifuentes hoy ha salpicado a unos cuantos políticos más. Y yo me pregunto, ¿para ser político de profesión y dedicación es necesario tener un máster o si quieren un título de postgrado?
Parece que es necesario entrar por la puerta grande mostrando un montón de títulos que le avalen ante un electorado y, antes o después, alguien levanta la alfombra de su casa y debajo solo hay polvo sucio que, incluso, atasca la aspiradora.
Y es que no lo entiendo. Ahora, después de las voces que se oyen desde hace bastantes días, quienes más las pegan, se están descubriendo casos y cosas de sus propios partidos.
Que pena me da, Padre, que esto esté sucediendo en una España que dice ser democrática. ¡Cuánta suciedad en nuestras Cortes! Al final es cierto lo que el viejo refranero dice: "Dime de qué presumes y te diré de lo que careces".
