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Desde Tarna, como el río

Algo sobre nuestro refranero

Los dichos populares aplicados a la sociedad actual y a la situación política

Desde las alturas, como Tarna, soplan vientos descontentos -que también son airados- en nuestro entorno, que van más allá del valle naloniano. Y por eso de lo que venga del Gobierno rajoyano nos azota y nos afecta, como las ventoleras. Y nos afecta -y es un ejemplo más que válido- las tasas de las herencias patrimoniales que en Asturias son las más caras de España. ¡Como si nunca hubiésemos pagado nada! y como si cobrásemos tanto como los políticos?

Del refranero asturiano -rico como el que más- abundan las aseveraciones, las sentencias y las frases rotundas de la sabiduría popular. "El cura y el capellán comen del ajeno pan". Los predios asturianos son crisoles donde toman vida los refranes. Y acaso por eso, "el que canta, su mal espanta", incluso, ahí también, donde se dice que "después de vieyu, gaiteru", porque, "para el arau rabudo, hay que ser hombre barbudo", así, "cuando sea casau, verá la casa al so llau", por eso, porque el "casau, casa quier" , que "el que guarda, topa", porque "el que mucho trabajó, nunca buena vida llevó", que eso, como es bien sabido, "donde hay patrón, no manda marinero", que "cuesta más llenar el güeyu que el botiellu".

Así, entre tanto humo de pajas, llega algo del bablismo, escuchado en una aldea: "Eso del bable y la fala, mucho pico y poca ala". Que no, ho, que no; que agora ye asturian. ¡Da lo mismo, paisano! El asturian ye asturiano; ye el venga a nos a la mano.

Los vientos que llegan de los montes tarninos soplan en todas las direcciones, y originan argayos, y protestas. Y publicaciones semanales con cantos gregorianos a la cuenca del Nalón. Como si no hubiera problemas que tratar e historias que contar. En la cuenca del Nalón -la nuestra- precisa voces claras, sinceras y sin tapujos. Pero, claro, los políticos prometedores, los buenos propósitos y el futuro que viene, donde, para Rajoy se crearán cada día más puestos de trabajo, no hay por qué preocuparse. ¡Aleluya!

O sea, que los vientos soplan para todos los gustos. Y así, como el amor a la raza canina se ha salido de madre, "el que tenga perro, que ladre". Que "el diablo siempre hace de las suyas", pero llega tarde, demasiado tarde, que "la mujer es ahora, que el hombre, más fumadora". Y hay otro aserto que dice -consta en algún libro-: "Mujer que fuma y bebe, el Diablo se la lleve", que, además, retorciendo la sentencia, hay otra que dice: "Mujer que bebe y fuma, el Diablo la perfuma" .Y después, como arrecia el ventarrón, alguien dice que "donde no hay panchón, todos riñen y todos tienen razón", por eso, porque, "donde se quita y no se pon, gran montón se descompón". No obstante, "a la hora de comer, invitas a fraile y vienen cien". Claro que Dios tiene remedio para todo, por lo menos filosofando: "Dios escribe derecho con renglones torcidos", de modo que" en la olla de San Francisco, donde comen cuatro, comen cinco". "Dios siempre prevé". Sin embargo, / en la cuenca del Nalón, /donde ayer hubo carbón, /hoy todo se mira amargo?/ a no ser en El Sotón?/ donde han vestido de largo / casadielles y canción.

Otro refrán dice que "el Diablo, como no tiene qué hacer, con el rabo espanta las moscas". ¡Vete a ver, vete a ver!

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